Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

lunes, 6 de junio de 2022

(20220606) Sierra de Gata-Etapa 5-San Martin de Trevejo-Villamiel-Trevejo-Cilleros.

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Punto de inicio.    San Martin de Trevejo.


Desvío a la derecha.
Cruzamos la carretera CC-1.1

Puerto al lado de la carretera CC-2.2

Llegamos a Villamiel.




Arroyo de los Lagares.


Alguno de los tramos de calzada.
Cruzamos la carretera CC-143.
Las antenas de Trevejo.
Llegando a Trevejo.

Trevejo.




Ermita de San Juan.
Sarcófagos antropomórficos.

Castillo de Trevejo.



Ermita del Cristo.


Otro desvío a la derecha.
Más desvíos.


Cruce carretera EX-205.
Fincas separadas con alambradas.
Otro desvío a la derecha.

Dehesas.
Nos desviamos a la izquierda.
Llegamos a las antenas de Cilleros.
Cilleros.


Comenzamos a andar desde el punto en que acabamos el día anterior. La mañana preciosa y la temperatura promete.

Iniciamos el camino subiendo hacia la parte alta del pueblo y pasamos al lado de una fuente y un poco más arriba cruzamos la carretera CC-1.1.

Continuamos en ascenso por caminos cómodos hasta llegar a un puerto (desconocemos su nombre) que se encuentra al lado de la carretera CC-2.2.
Desde el puerto comenzamos a descender para llegar al pueblo de Villamiel.

En primer lugar nos encontramos con una bonita plaza de toros, en la que su coso puede servir más de pasto para un rebaño de ovejas que para una lidia.
Así y todo resulta una plaza muy bonita y parece bastante antigua.

Cruzamos el pueblo y seguimos bajando hasta cruzar el arroyo de Los Lagares y a partir de aquí empezamos a subir nuevamente hasta alcanzar el Puerto de Trevejo, cruzando la carretera CC-143.
Ya desde el puerto nos aproximamos al pueblo de Trevejo que se encuentra en la parte baja del antiguo castillo.

Cruzamos el pequeño pueblo y pasamos al lado de la ermita de San Juan para aproximarnos lo más posible a las ruinas del castillo de Trevejo,  que es de origen musulmán y anterior al siglo XII.

Giramos 90º y pasamos al lado de la ermita del Cristo para un poco más adelante girar a la derecha y comenzar a seguir dirección Sur.
Desde aquí continuamos en paulatino descenso hasta llegar a la zona baja en la que nos encontramos con multitud de fincas de olivos separadas por muros de piedra.
Son fincas más bien pequeñas y sus lindes nos obligan a seguir adelante dando vueltas innecesarias para poder salir del laberinto de fincas o "finquitas".
Resulta bastante agobiante,  ya que el sol se encuentra en su plenitud y no hay sombra de ningún tipo, ni forma de poder guarecerte unos minutos del sol ardiente.

Cruzamos la carretera EX-205 y continuando por los caminos dibujados por los lindes de las fincas, conseguimos llegar al fin de etapa: Cilleros.
Lo primero que hacemos en refrescarnos en el pilón de la plaza y después sentarnos a la sombra.

El recorrido resulta bonito y entretenido hasta el castillo de Trevejo, después se hace bastante pesado al vernos obligados a realizar muchas vueltas entre los lindes de las fincas.
También tenemos bastantes tramos de calzada romana y hay veces que incomoda bastante el avance.


Hemos comenzado a andar en San Martin sobre las 7 horas y 55 minutos y acabado en Cilleros sobre las 14 horas y 33 minutos.
El tiempo efectivo empleado en el recorrido ha sido de unas 5 horas y 25 minutos a una media de 3,6 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, descansos, agua, "hamaiketako", etc., ha sido de 1 hora y 11 minutos.
El desnivel total acumulado en ascenso ha sido de 453 metros y en descenso de 627 metros.
La longitud total del recorrido ha sido de 19,2 kms.

Hemos podido comer algo, a la sombra, en el mismo pueblo de Cilleros.

Mientras esperamos a nuestro amigo taxista tomamos café en una terraza próxima.
Ya de vuelta en Hoyos intentamos planificar el fin de fiesta del día siguiente, que será el de la última etapa y por tanto nos apetece una cena en plan homenaje.
La idea es conseguir poder comer alguna paletilla de cordero o de cabrito,  con algo de ensalada verde.
A la llegada a nuestro hostal hablamos con su dueño para pedirle si es posible que nos prepara algo parecido para la cena del día siguiente.
Bueno...., ya veremos......, tendré que hablar con la cocinera......,algo ya haremos....., etc., etc., 
Al final, no tenemos claro si al día siguiente cenaremos o no.
Desistimos de preguntar más y nos quedamos en la confianza que nos habrá entendido y que toda su ambigüedad se convertirá en un sí.
Lo dejamos así y después del ritual habitual:      Ducha, descansos, reposición de líquidos, etc., etc., nos dirigimos al lugar de los "jubilatas" y cenamos varias cosas de su carta.

Probamos, otra vez, los callos con cilantro y salsa de tomate, otro pide las carrilleras de cerdo en salsa y también probamos lo que llaman lágrimas de pollo.     Se trata de trozos de pechuga de pollo marinada y posteriormente frita con algo de pan rallado.      El plato se acompaña con un poco de ali-oli muy fino y suave y algunas patatas fritas.
También pedimos alguna que otra ensalada de las de naranja.
Unos cafés en terraza con su correspondiente tertulia y a nuestros aposentos para descansar y poder hacer frente a la última etapa.


El recorrido no tiene ninguna dificultad técnica. 
Aunque está bien marcada la ruta con postes y marcas de GR, también nos encontramos con cruces sin señalización, por lo que recomendamos el uso de GPS con un buen "track".

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