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Punto de inicio.
Puente de Beratzeaga.
Fuente de Beratzeaga.
Sendero a través del barranco de Arritzaga.
Bordas de Anduitz.
Al fondo vemos una pequeña y larga cascada.
Comenzamos a ver la salida del barranco.
Pozas de la "erreka" de Arritzaga.
Vestigios de la forma de transporte del mineral de hierro.
Una puerta metálica un poco antes de llegar a las ruinas de las minas de Burutzuntzin.
Comenzamos a ver los restos del complejo minero de Burutzutzin.
Puente.
Otro puente.
Postes indicadores.
Más zonas de pozas.
Fuente.
Bordas.
"Aterpe mendizale" con botiquin.
Otro puente. Éste de cemento.
El barranco comienza a abrirse.
Cruzamos una pequeña "erreka".
"Aska" - Abrevadero.
Fuente de Pardeluts.
Bordas de Pardeluts y abandono de las marcas de GR.
Aprovechamos una zona protegida del viento para poder comer algo de fruta, galletas, etc.
Ganbo.
Un aventurero se arriesga a acercarse a los buzones de Ganbo, pero gateando, para evitar las grandes rachas de viento que eran capaces de tumbarte.
Por otro lado, comenzamos a bordear la cima de Ganbo.
Vemos la mole de la cara Sur del Txindoki y hacia la derecha llegaremos al barranco de Muitze.
Magníficas vistas de las majadas.
Nos adentramos en el barranco de Muitze.
Txindoki.
Cruzamos esta puerta metálica.
Seguimos adelante por la PR y dejamos a nuestra izquierda el desvío para descender a Larraitz.
Llegamos a un sendero un poco más amigable.
Unos narcisos por el camino.
Todavía nos quedaba el último obstáculo:
Este árbol caído.
Teníamos ganas de dar una amplia vuelta por Aralar y aprovechando un día
con cielos despejados nos hemos animado a dirigirnos hacia Amezketa y
desde una zona próxima a Ergoiena, en donde hemos aparcado el vehículo,
comenzamos a andar por una amplia pista hasta llegar a la fuente y
puente de Beratzeaga.
Cruzamos el puente y nos adentramos en el barranco de Arritzaga, por el también llamado "camino de minas".
Avanzamos
por el barranco pasando al lado de unas bordas, unas bonitas
cascadas a nuestra derecha y poco más arriba llegamos a las ruinas del
antiguo complejo minero de Burutzutzin.
Minas de Arritzaga o de Buruntzutzin.
A pocos kilómetros de Amezketa y camino de Igaratza se encuentran los restos de uno de los cotos mineros más importante y
antiguo de la Península Ibérica.
Importante por su riqueza mineral a lo
largo de la historia, ya que estudios arqueológicos sitúan a los
primeros mineros en la zona hace 3.500 años.
Las minas se trabajaron hasta mediados de la década de los 60 en el siglo XX.
Las minas de Amezketa permanecieron abiertas, por última vez, hasta
finales 1965 en manos de ingenieros germanos. Tras un amplio paréntesis
desde su cierre hace casi dos siglos, los alemanes abrieron nuevas
galerías hasta acceder a las explotadas en el siglo XVIII. En esa época
el coto minero de Aralar vivió un importante momento en su historia, su
época dorada.
La actividad minera fue muy fructífera en la zona y se
prolongó durante más de 80 años.
Esa actividad provocó incluso, la
formación de un poblado en la zona, en el que además de los espacios
habitados por los trabajadores de la mina, sus responsables y la
taberna, hubo una iglesia.
Estudio realizados, sitúan a estos diferentes pobladores de Arritzaga desde el siglo XX
hasta hace 3.500 años.
Los hallazgos localizados en la zona, como una
cornamenta de ciervo para la extracción del material de la roca, podría
datarse de la edad de los metales. También se han encontrado restos que
demuestran que en la época romana también fueron explotadas y los restos
de carbón datados en estructuras interiores los sitúan hace 1000 años. Carbón que permitía a través del calor ablandar la roca en la que estaba
incrustada el material de donde se extraía el cobre.
Los primeros mineros que habitaron en Aralar debían trabajar en
galerías muy estrechas, en las que apenas cabía un hombre. Pero su afán
por lograr el codiciado material les hizo agudizar el ingenio y cavaron
centenares de galerías y pozos en busca del óxido de hierro hasta vaciar
los filones. Lograron extraer miles de quintales de cobre a lo largo de
la historia de las minas de Arritzaga.
De ellas, se extrajo el cobre para construir las antiguas
campanas de la iglesia de Gaintza (Araitz), o la industria bélica
alemana. Fue en plena contienda mundial cuando los germanos se acercaron
hasta las minas de Arritzaga en busca de mineral.
En 1965 se acordó el cierre definitivo de las minas de Arritzaga,
junto a la morrea glaciar. Las últimas ruinas se sitúan en torno a
Buruntzuzin, donde se encuentra el refugio de un grupo de "mendizales" amezketarras.
Cruzamos un par de puentes de
madera y continuamos subiendo para pasar al lado de otras bordas y
también cerca de un pequeño refugio de montañeros que dispone de un
pequeño botiquin.
Un poco más adelante cruzamos una pequeña "erreka" y llegamos a la fuente de Pardeluts.
Pocos metros más adelante abandonamos la GR-121 y la GR-20 (Vuelta a
Gipuzkoa) y (Vuelta a Aralar) y giramos a la derecha pasando al lado de
las bordas de Pardeluts, con intención de llegar a la cima de Ganbo.
En
casi todo el recorrido el viento se ha hecho patente y al llegar cerca
de la cima nos damos cuenta que las rachas de viento son cada vez más
fuertes, por lo que decidimos evitar subir a Ganbo y bordearlo por su
parte derecha. Hacemos lo mismo con Ganbo Txiki, ya que el viento no
ceja y hay momentos en que tenemos que sujetarnos a las rocas para
evitar que nos tumbe.
Nuestro gozo en un pozo, pretendíamos subir a
Pardarri, Ganbo, Ganbo Txiki, Arrubigaina, etc., pero al final hemos
decidido bordearlos y dirigirnos directamente hacia el barranco de
Muitze, para comenzar el descenso.
A pesar de no haber subido a esas
cimas hemos podido disfrutar de unas magníficas vistas sobre las majadas
de Alotza y también de la cara Sur y Oeste de Txindoki y también de
Larraone.
Al llegar al collado de Muitze enlazamos con la PR-GI-2005
Sendero del Txindoki, que rodea las paredes del Larraone y desciende
hacia Amezketa.
Continuamos bajando y cruzamos dos o tres veces la
pista que se dirige hacia las majadas de Elordi y entre atajos, que
evitan tramos de pista, volvemos al puente de Beratzeaga y siguiendo la
pista llegamos al punto de inicio.
Una vez en el vehículo aprovechamos para ponernos un poco más cómodos y nos dirigimos a Albaltzisketa, al Ostatu, que nos permiten que lleguemos un poco tarde.
Una vez en el "ostatu" y mientras nos lavamos un poco, aprovechamos para tomar un ligero "aperitive" y a continuación nos sentamos en una mesa al exterior y disfrutando del sol y comenzamos a dar buena cuenta de aquello que hemos elegido:
-Patatas a la riojana
-Ensalada César (Don Julio) (¡Vaya tamaño de plato y ración!)
-Costilla de ternera a la plancha con patatas fritas.
-Bacalao fresco rebozado y con pimientos del piquillo.
Como postres elegimos helado, arroz con leche, melocotón en almíbar y yogourt.
Los consabidos cafés y un poco de agua bendita, antes de emprender el camino de regreso.
Ha sido un día magnífico a pesar del viento que, en ciertos momentos, nos ha hecho pasar un poco "canutas".
Hemos comenzado a andar sobre las 8 horas y 10 minutos y acabado en el mismo sitio sobre las 15 horas y 14 minutos.
El tiempo efectivo empleado en el recorrido ha sido de unas 5 horas y 49 minutos a una media de 2,7 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, descansos, "hamaiketako", etc., ha sido de 1 hora y 13 minutos.
El desnivel total acumulado, tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 1.106 metros.
La longitud total del recorrido ha sido de unos 15,3 kms.
En
principio, el recorrido en su parte inicial y final no tiene muchos
problemas y está bastante bien marcado.
En la parte que abandonamos las
marcas para dirigirnos hacia Ganbo y demás cimas, no existen marcas y
además los senderos no están muy bien definidos, por lo que se hace
necesario la utilización de GPS con un buen "track".
Además en
situación de tiempo despejado, es posible no tener problemas de
orientación, pero con niebla y mucha lluvia es muy fácil perderse ya que
las referencias son escasas.
Hemos definido este recorrido como
moderado debido al fuerte desnivel, que consideramos importante y a la bajada
por el barranco de Muitze, que tiene mucha piedra y dificulta el
descenso.
Para llegar al punto de inicio hemos utilizado
vehículo particular para llegar al pueblo de Amezketa y desde aquí tomar
la carretera GI-4081 hasta Ergoiena.
En nuestro caso hemos aparcado
en este punto, pero con un vehículo con chasis un poco alto, es
perfectamente factible subir hasta el puente de Beratzeaga o hasta un
pequeño parking que se encuentra unos metros antes.
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