Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 3 de febrero de 2021

(20210203) Vuelta Ulia por antiguo tren-Est. transbordador-Selva secreta-Desfiladero-Fuerte Almirante-Sendero Talaia-Zurriola.

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Reloj de Ategorrieta.
Origen del nombre del barrio "Ate gorri eta"
Edificio de la primera estación del tren en Ategorrieta.
Cerca del edificio de la estación se encuentran las cocheras en donde dormían los trenes.
Seguimos por la calle Mikel Gardoki.
Seguimos por el Paseo de Arbola.
Comenzamos a ver las primeras vistas sobre Donostia.

Panorama desde zona cercana al antiguo merendero de Iradi.
Edificio del antiguo merendero de Iradi.

Después de la primera curva de 180º paralela a la carretera actual, pasamos al lado de la primera de las charcas para anfibios.

Seguimos avanzando y nos encontramos con una de las bases de los postes del tendido eléctrico del tren.
Otra charca más para la conservación de la naturaleza.

Otra panorámica sobre el barrio de Gros.
Otra amplia curva del tren con muros de protección en su entorno.


Llegamos al actual albergue de Ulía, en cuyas proximidades se encontraba la estación final del tren.
Cerca del albergue a los viajeros únicamente les quedaba recorrer unos pocos metros y subir estas magníficas escaleras para llegar al punto de inicio del transbordador de Ulia.

Las escaleras que dan acceso a la estación del transbordador y que se encuentran en buen estado.
Edificios del antiguo transbordador que cubría unos 280 metros de distancia y salvaba unos 28 metros de desnivel.

Otra charca, ésta próxima al Mirador de la reina.

Panorama desde el mirador.
Abajo, la charca.

El acceso al Mirador de la reina.
El Faro de la Plata.
Antenas de Jaizkibel.


Acceso a una de las zonas denominadas como "selvas secretas".







Salimos a la pista que baja hacia el emisario submarino.     Nosotros tomamos dirección Sur.
Salimos al Paseo de Ulía y giramos inmediatamente a la izquierda por bosque.

Pista del Paseo de Ulía.
Barrera de acceso para la pista hacia el emisario submarino.         De aquí venimos.
Vistas sobre la cala Illurgita.

Bastante barro por los caminos.
Una charca más al lado de la ikastola Herri Ametsa.

Zona próxima a un pequeño mirador y lugar donde paramos unos minutos para descansar y comer algo de fruta, etc.


Inicio del desfiladero o cañón de Ulia.
Para entrar al desfiladero debemos atravesar esta alambrada.
Es posible atravesar la roca por encima, pero nosotros decidimos hacerlo por debajo.






Costaba salir por lo resbaladizo del terreno.

Bonitas geoformas a la salida de la roca.



Estamos cerca de la parte final del desfiladero.




Tenemos cerca el Faro de la Plata.
Para salir no tenemos más remedio que pasar esta otra alambrada.
Ahora por debajo.

Llegamos a las ruinas del Fuerte del Almirante.
Vértice geodésico en la parte superior del fuerte.


Vistas sobre la dársena de Pasaia.
Cerca del Faro de la Plata enlazamos con el camino tradicional o Sendero Talaia.
Fuente del Inglés o del Almirante.

Restos del antiguo acueducto.



Fuente Argi Ura.
Vistas de Monpas desde el mirador.

Placa de la Avenida de Josetxo.

Fuente Kutraia.


"En tiempos de la Belle Époque, el trenecito que ascendía hasta cerca de la cima se detenía antes de alcanzar la última estación, para que las lavanderas del Hotel de Londres, cargadas con sus capazos de ropa, pudieran hacer su trabajo en este lavadero cuyas aguas, decían, tenía propiedades esenciales para una buena limpieza."

Todo esto está documentado, pero no está nada claro que sea cierto ya que desde el Hotel de Londres hay una distancia considerable hasta la citada fuente.
Nos desviamos en ascenso y dirección a la cima, por un sendero que sale al lado de la misma fuente de la Kutraia.
Cerca de la cima llegamos a una mesa de madera que la utilizamos para poder comer parte de las viandas que hemos acarreado.
Una vez terminado el almuerzo nos ponemos en marcha utilizando varios tramos de escaleras que atajan la carretera.

Un último desvío por este pequeño sendero.
Llegando a la parte final del recorrido.


 Ya que no podemos salir de los límites municipales,  hemos decidido dar una vuelta por nuestro CAR (Centro de Alto Rendimiento), es decir, el Monte Ulia, pero esta vez hemos retorcido un poco los caminos y casi hemos logrado hacer algo diferente.

Hemos comenzado a andar desde el reloj de Ategorrieta para seguir el camino del antiguo tren que llegaba hasta el, antiguamente llamado,  Parque del Monte Ulía.

Pasamos por el edificio de la estación del tren en Ategorrieta y continuamos por la antigua PR-GI-110 "Vuelta a Ulia" hasta que llegamos al antiguo merendero de Iradi, con sus magníficas vistas sobre la playa de la Zurriola.

Continuamos adelante sin perder el camino del tren, pasamos por una charca de anfibios y un poco más adelante y al lado de otra,  pasamos por una amplia curva que todavía conserva los antiguos muretes de protección. 
Un poco más adelante al lado del actual albergue de Ulia y a continuación al final del trayecto del tren, que coincide aproximadamente con el actual albergue.

 Los viajeros bajaban en este punto y continuaban unos metros para subir unas amplias escaleras y llegar a la estación de inicio del transbordador.

"El pequeño tren o tranvía de Ulía.

El tren fue inaugurado en Julio de 1.902 y hasta el verano de 1.903 no se podía coger el tren desde el Boulevard, sino que había que desplazarse hasta la estación de Ategorrieta.

El tranvía era la única forma de ascender hasta lo más alto sin sudar la camiseta,  la carretera no será construida hasta 1911 y la mayor parte del monte está sembrada de prados y bosques tupidos, apenas habitado por unos pocos caseríos y surcado por caminitos antediluvianos. 

Antes de la construcción de este ferrocarril (y del parque), Ulia era para los donostiarras el monte-cantera del que se extraía la piedra arenisca con la que se levantarán los edificios de los ensanches de San Sebastián.       

Comienza el recorrido en lo que era el primer tren electrificado de España.

Desde el Boulevard se cruza medio San Sebastián, enfilado la Avenida de Ategorrieta y el tranvía hace la última parada antes de iniciar el ascenso al monte.      Muy cerca del famoso 'Reloj' de Ategorrieta, se encuentran las cocheras en las que 'duermen' los vagones de la Compañía del Ferrocarril del Monte Ulia. 

Ciento y pico años después de escribir estas líneas,  todavía permanecerá en pie el edificio principal del complejo, su estación,  se encuentra en la calle Mikel Gardoki,  junto al frontón construido sobre los terrenos de las citadas cocheras.

El tren prosigue su recorrido, dejamos Mikel Gardoki y enfilamos el Paseo de Arbola que, metro arriba, metro abajo, discurre paralelo a las vías del antiguo convoy.     Justo donde se acaba el asfalto y comienza el camino de tierra obtenemos una impresionante panorámica.       Las vistas de San Sebastián debían ser absolutamente espectaculares en 1903, sobre todo si tenemos en cuenta que a principios del siglo XX eran pocos los que podían ver San Sebastián desde las alturas,  el monte Urgull era un recinto militar e Igeldo era una especie de hermano pobre de Ulia.  en 1903 por no existir no existía ni la carretera (se trazaría a partir de 1911) ni por supuesto el funicular.        Para ascender a él había que caminar y sufrir caminos polvorientos.         Cuesta imaginar cómo fue aquel primitivo barrio de Gros, una gigantesca playa abierta al mar y manoseada por el Urumea en su desembocadura y una gran masa de dunas y roquedales que, desde hacía pocos años, estaba siendo domesticada con villas.

Tras una curva de casi 180º (situada en el mismo sitio en el que se ubica la 'curva hermana' de la carretera principal), el tranvía se adentra en un tupido bosque.     Los rayos del sol apenas consiguen penetrar entre la maleza,  hay tanto pino y laurel que los postes de madera del tendido eléctrico que mueve el ferrocarril se confunden con los árboles.        Rastreado el recorrido de arriba abajo, en la actualidad no hemos hallado ninguno de aquellos mástiles,  pero sí las piezas de cemento que servían como base a éstos. 

El tren enfila la última recta antes de llegar al cenit de nuestro trayecto.        Ya se intuye el principal atractivo del recinto,  sus increíbles vistas sobre la ciudad.         Dejamos a la izquierda el caserío Mendiko Etxeberri sobre cuyos terrenos se levantará en un 'futuro lejano' -en 2009- el Albergue de Ulia. Tras unos pocos metros más de traqueteo, el tranvía llega a la estación. 

Ya estamos, oficialmente, en el Parque del Monte Ulia, el primero de todos los espacios de entretenimiento de San Sebastián, nacido en 1902, cinco años antes que el de Martutene (del que hoy casi no queda ni el recuerdo) y diez antes que el de Igeldo, el único y gran superviviente de todos ellos. 

¿Qué actividades nos oferta este lugar a nosotros, donostiarras del año 1903? 

Pocas para una mentalidad hiperactiva de la actualidad, pero muchísimas para una de aquella época.    De entrada, sentarse en la amplia terraza que mira a San Sebastián o tomar algo en el restaurante del parque, también asomado al valle del Urumea."

"El transbordador de Ulía.

El 30 de Septiembre de 2.007 se cumplieron 100 años de la inauguración de un medio de transporte que hoy en día es toda una fantasmagoría, el transbordador-funicular de Ulia.

A los donostiarras, la palabra funicular nos remite automáticamente al de Igeldo.        Olvidamos, sin embargo, que antes hubo otro, más complejo y más significativo, en el extremo opuesto de la ciudad, en el monte Ulía.          Aquel transbordador-funicular que comunicaba dos puntos altos de Ulía se inauguró el 30 de septiembre de 1907, entre chubascos y no poca expectación.

El aparato era espectacular.          Cubría 280 metros de distancia y un desnivel de 28 metros en tres minutos y medio.        Los 18 viajeros que cabían en su pequeña barquilla se sorprendían ante el complicado y muy seguro sistema de cables y ejes que lograba elevarse sobre el monte. 

El ingenio tuvo una corta vida debido a que Ulía pronto perdió fuerza como área recreativa frente al parque de atracciones de Igeldo, cuyo funicular empezó a funcionar en agosto de 1912.

Sin embargo, el de Ulía figura en las enciclopedias.      No en vano fue, probablemente, el primer transbordador apto para el transporte de personas construido en el mundo.          Y fue obra de una personalidad arrolladora, la del ingeniero Leonardo Torres Quevedo.      Nacido en Molledo (Cantabria) y residente en Bilbao, Torres Quevedo fue un pionero que dirigió la construcción del primer dirigible español y creó un autómata que jugaba al ajedrez.

Sin embargo, la construcción del transbordador de UIía, materializada por la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería de Bilbao, tuvo tal eco que permitió al ingeniero diseñar otros en Chamonix, Río de Janeiro... y hasta en las cataratas del Niágara.         De hecho, el Spanish Aerocard que ideó para las famosas cataratas canadienses tiene una estructura similar al desaparecido transbordador de Ulía. 

Desde su inauguración en 1916, el teleférico de nuestro Torres Quevedo en el Niágara sigue funcionando sin apenas modificaciones.

Desde la última estación del pequeño tren, únicamente era necesario desplazarse unos pocos cientos de metros para llegar al punto de inicio del transbordador.


Abandonamos la zona de las ruinas nostálgicas y nos dirigimos hacia la izquierda con intención de llegar al Mirador de la reina, que está situado al lado de otra charca de anfibios.

Seguimos en dirección al campo de tiro y metros después nos adentramos en lo que se denomina como una de las selvas secretas de Ulia, por su vegetación y camino intrincado.
Atravesamos la famosa selva y salimos a una pista,  siguiendo la misma llegamos a enlazar con el Paseo de Ulia en donde giramos 180 grados y a través del bosque y por un pequeño sendero,   bordeamos el monte mientras contemplamos unas bonitas vistas sobre la cala Illurgita. 

Un poco más adelante pasamos al lado de otra charca que está próxima a la ikastola Herri Ametsa y pocos metros después dejamos la pista para tomar un camino a la izquierda que nos llevará a un pequeño y bonito mirador,  en donde nos paramos unos minutos para poder descansar y comer algo de fruta, galletas, etc.

Minutos después seguimos adelante para atravesar una alambrada, en el mejor sitio posible,  y adentrarnos en el sendero conocido como desfiladero o cañónn de Ulia. 
El terreno es un poco dificultoso, con rocas y bastante barro.         Seguimos adelante y decidimos pasar por debajo de una gran roca,  nos cuesta salir por el extremo contrario ya que el sitio es bastante reducido y se encuentra muy resbaladizo. 
Al final y a duras penas lo conseguimos y salimos al otro lado, no sin recoger bastante del barro del camino.
Continuamos adelante por el desfiladero y ya en la parte alta nos toca nuevamente saltar la alambrada, pero en este caso en lugar de saltar nos toca echar cuerpo a tierra y arrastrarnos para pasar al otro lado.
Una vez conseguido continuamos en dirección a las ruinas del Fuerte del Almirante y decidimos llegar hasta donde se encuentra el vértice geodésico. 
Unas cuantas fotos y vuelta al camino.

Ahora comenzamos a descender para enlazar con el sendero Talaia, a la altura del Faro de la Plata.
Una vez en el sendero Talaia pasamos al lado de la fuente del Inglés o del Almirante, los restos del antiguo acueducto, otra vez la cala Illurgita, la fuente Argi Ura, el mirador sobre Monpas y la fuente de la Kutraia. 

Desde aquí tomamos un pequeño sendero hacia la izquierda con intención de subir hacia la parte alta de Ulia y llegar hasta una mesa de las muchas que existen por la zona.
Nos sentamos en una cercana al albergue y aprovechamos para poder comer algo de las viandas que hemos transportado hasta aquí.

Preparamos la mesa y disponemos todos los artículos que estamos dispuestos a degustar.
Nuestro menú consiste en:
-Un perfecto maridaje entre antxoas en salazón y antxoas en vinagreta.
La mezcla resulta perfecta.
-Seguimos con un poco de chorizo ibérico al punto de picante, que resulta exquisito.
-Continuamos con varias mezclas de "testa de singularis porcus", una con pistachos y trufa y la otra sin aditamentos.
No se le hace ascos a ninguna de las dos.
Seguimos probando un rico salchichón tipo "fuet" que tal vez resulta un poco fresco, pero apetitoso.
Acabamos el menú haciendo una pequeña cata de quesos.       Un queso de Lizarraga con moderada maduración y uno de la zona de Roncal con más tiempo de maduración.
Por supuesto,  desaparece rápidamente el queso de Lizarraga y dejamos un trozo del de Roncal, más que nada para no abusar.
Acabamos este rico y abundante menú,  que ha estado acompañado con unos buenos tragos de "xato", no sin antes realizar un merecido homenaje al inventor de la bota de vino.
Para acabar como es debido,  no falta un trago de café caliente "Chez Juanma", acompañado de unas gotas especialidad de Monsieur Joxan.

Una vez satisfechos, recogemos todo, basura incluida y comenzamos el descenso pasando nuevamente al lado del albergue y poco después y a través de una serie de escaleras,  llegamos al camino habitual cercano a la zona de Zemorilla,  para acabar en el barrio de Gros y en zona cercana a la playa de la Zurriola.


Hemos comenzado a andar sobre las 8 horas y 16 minutos y acabado sobre las 17 horas y 15 minutos.
El tiempo efectivo empleado en el recorrido ha sido de unas 5 horas y 8 minutos a una media de 3 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, paradas, "hamaiketako", almuerzo, etc., etc., ha sido de unas 2 horas y 42 minutos.
El desnivel total acumulado, tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 540 metros.
La longitud total del recorrido ha sido de unos 14,75 kms.  

El recorrido no tiene mayor dificultad salvo en las zonas de saltos de alambrada y el paso por debajo de la roca en el desfiladero. 
Hay muchos caminos en Ulia y la mayoría están muy marcados pero nosotros hemos utilizado senderos que no están marcados en bastantes casos, por lo que aconsejamos la utilización de GPS con un buen "track".

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