Profusión de indicadores.
Cima del arno.
Haciendo comprobaciones en Apain.
Senderos cercanos a la cima de Arno.
Buen camuflaje.
Cruz de Arno.
La misma cruz pero sin bichos.
Bonito caserío.
Era necesario beber agua en todo momento.
Seguimos con el follón de indicadores, pero esta vez con un bonito "mugarri" al lado.
Cantando las alabanzas del repelente de tábanos natural.
Ermita de Sta. Kruz.
Llegando a la ermita de Sta. Kruz.
Bonitas vistas del puerto de Ondárroa.
Llegando a Mutriku, nuestro destino final.
Preparativos para el baño.
Después del baño un buen refrigerio.
Sotos de la zona del puerto de Mutriku.
Un buen baño del can.
La carabela Sta. María atracada en el puerto de Mutriku.
Al principio de semana realizamos algunas propuestas para este miércoles. Teniendo en cuenta que la previsión del tiempo era de "calor sofocante" con bastante humedad........, nos inclinamos con realizar esta excursión, ya que tenía el aliciente del baño en el puerto de Mutriku al acabar.
Quedamos citados a la hora de costumbre y en los lugares habituales. El amigo Joxean nos recoge con su coche y sin perder tiempo nos dirigimos a la autopista para salir en el barrio San Antolín de Elgoibar y desde allí dirigirnos a Mutriku.
Llegamos al pueblo y lo primero era buscar un sitio para aparcar. Lo encontramos un poco antes de bajar al puerto. Sacamos las botas, las mochilas y demás y nos preparamos.
Serían las 8,50 horas cuando comenzamos a andar en dirección a la carretera general. Cruzamos la misma y subimos por un sendero que corresponde con la GR de la Vuelta a Gipuzkoa.
Nuestra intención es hacer la Vuelta a Mutriku, pero subiendo al Arno. Vamos a coincidir en muchos tramos con la GR de la Vuelta a Gipuzkoa, la PR-GI-22 Vuelta a Mutriku y con otras variantes de la GR-121 (Vuelta a Gipuzkoa). El camino está bastante bien marcado, salvo en algunos momentos en que han hecho pistas forestales nuevas, para talar pinos, y se han perdido los senderos originales y también las marcas. Seguimos subiendo en dirección a la ermita del Kalbaixo. En no mucho tiempo llegamos a la ermita. Como siempre, está muy bien cuidada y muy bonita. Seguimos con nuestro camino y de vez en cuando nos encontramos con un follón de letreros indicadores de los diferentes caminos. El problema es que muchos de ellos son viejos y tienen los nombres borrados, pero por lo demás están muy bien para crear ambientillo y discusión. Pasamos por al lado de una fuente y aprovechamos la ocasión para beber bien de agua. Ya se empieza a notar la humedad en el ambiente y el calor. La cuesta y el calor nos hace que empecemos a sudar como auténticas fuentes. Una vez refrescados continuamos ascenso hacia la cima del Arno. Llegamos a lo que creímos era la cima pero no vemos nada, ni buzón, ni cruz, ni nada, salvo que en el suelo aparece escrito Arno y una cosa roja que dicen que es una flecha. La seguimos y después de bordear unos arbustos llegamos al buzón y a la cruz.
En el buzón encontramos unos papeles un tanto siniestros y los volvemos a dejar donde estaban. Nos sacamos unas fotos con la cruz y con el buzón y aprovechamos el sitio y el momento para hacer un pequeño "hamaiketako".
Como siempre comemos alguna manzana, frutos secos y abundante agua. Recogemos los trastos y volvemos hasta el cruce para continuar el camino que pretendíamos hacer. Seguimos dando la vuelta al término municipal de Mutriku y vemos al fondo una cantera que bien podría pertenecer a Markina, pero el cielo está bastante brumoso y no podemos apreciar gran cosa. Lo mismo nos pasa en la cima de Arno.
Las vistas desde Arno deben de ser bonitas, pero no hemos tenido oportunidad de contemplarlas. Continuamos a la nuestro y llega el momento de la aventura del día.
No puede faltar excursión sin ese puntito de aventura que nos gusta. Como no podía ser de otra manera, perdemos las marcas, perdemos el sendero, perdemos el norte y perdemos la paciencia. De pronto y como de costumbre, nos encontramos buscando el sendero, todos metidos entre zarzas e intentando buscar el mejor camino para bajar unos trescientos metros a lo que debe ser el camino normal. Si los tábanos no nos habían picado suficiente, tenemos todas las zarzas del mundo intentando desgarrarnos las piernas.
Nos juramentamos para que la siguiente vez, alguno de nosotros traiga un machete para abrirse camino en la maleza. Conseguimos salir al camino pero ese pequeño punto de aventura ha dejado huella en nuestras piernas. Tenemos más heridas que pelos. Salimos al sendero y encima está totalmente embarrado. Bueno, que le vamos a hacer, gajes del oficio. Seguimos y después de no más visicitudes, llegamos a la ermita de Sta. Kruz.
Aprovechando que había una especie de mesas (sin asientos) y sombra, aprovechamos para pararnos y comer. Bebemos algo de agua y comenzamos a preparar el menú que en el día de hoy consiste en:
-Sardinitas pichardus a los efluvios avícolas de Hernialde.
-Delicatessen en salmuera de langostinos de Hernialde.
-Deliciosos moluscos celtas aderezados con emulsión de aceites de Emerita Augusta.
-Diversos derivados de singularis porcus ibericus.
-Todo lo anterior bien regado con dos caldos, a saber:
-El primero afrutado, con algo de aguja, fresco y joven en el paladar, cierto retrogusto amable y sin aristas que permitía llegar a unas sensaciones muy placenteras. Es decir, un tinto del año de maceración carbónica que Dios confunda.
-El segundo caldo ya tenía más cuerpo, se notaba la noble crianza en su textura, en una segunda prueba afloraban los taninos y los sabores a vainilla, tabaco, roble rumano y flores silvestres. Un retrogusto con amplitud que evocaba a aquellos deleites libidinosos en las frescas praderas. Es decir, un buen tinto con crianza.
Una vez terminado con el menú, recogemos los trastos y nos ponemos en marcha dirección Mutriku. Desde la ermita contemplábamos Ondárroa. Seguimos el camino, esta vez sin grandes problemas y llegamos a la carretera que conduce a Saturrarán. La cruzamos y continuamos camino hacia Mutriku. Pasamos por las dos zonas del camping Galdona y al poco rato llegamos al puerto de Mutriku.
Seguíamos muy sudados y el calor era importante. Sin perder mucho tiempo dejamos las mochilas al lado y nos ponemos los trajes de baño.
El agua estaba deliciosa.
Estos son aquellos placeres que uno puede permitirse y que además son gratis.
!Cómo estaba el agua¡ !Qué gozada¡
Después de varios minutos dándonos un buen chapuzón, salimos del agua y nos damos una ducha de agua dulce.
!También genial¡
Nos secamos, nos vestimos y rápidamente a tomar una cerveza con limón.
!Otro de los grandes placeres¡ !Este no es gratis¡
Pero bueno, todavía podemos permitírnoslo.
Después del deber cumplido, nos dirigimos al coche e iniciamos el camino de vuelta hasta Donostia.
Hemos comenzado a andar sobre las 8,50 horas y terminado sobre las 17 horas. El total de kms. recorridos ha sido de 22 kms.
El tiempo en movimiento ha sido de 5 horas y 44 minutos a una media de 3,8 kms./h. y el tiempo dedicado a descanso ha sido de 2 h. 26 minutos.
El desnivel acumulado en ascenso ha sido de 1.008 m. y de 1.010 en descenso.
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