Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

jueves, 27 de agosto de 2009

(20090827) Ascensión a la Aguja Le Tour (3.550 m.) desde el refugio Albert I.

Inicio de la ascensión con el frontal puesto.
Afortunadamente amanece.
Seguimos ascendiendo en pleno glaciar.
Un pequeño descanso.
!Lo que queda todavía¡
Dispuestos a continuar camino.
Grieta amenazante.
Seguimos........
A la vista una de las zonas de la aguja.
Vista al otro lado.
Todavía falta un poquito de glaciar.
Y un poquito más con otra grieta inquietante al lado.
Vistas al otro lado de la marcha.
Último esfuerzo antes de alcanzar la parte final.
Más vistas y todas bonitas.
Mirando con cuidado a la grieta.
!Último esfuerzo, chicos¡
!Uffffff¡
Al borde de una errimaia.
!Otro poquito más¡
!Bueno, sólo nos queda la trepada¡
Merece la pena recrearse.
!Vaya cara de sufrimiento¡
Un poco de control de la tecnología.
Ya estamos a punto.
Un inmenso glaciar entre rocas.
Unas cuantas fotos.
Otra grieta más.
Ya nos falta muy poquito.
Pero......, ¿Dónde está?
Todavía un poco más.
Ya casi estamos.
A punto.
Iniciamos la trepada a la cima.
Mirando la cima.
!Hay cuesta¡ ¿Eh?
Dejamos la herramienta y a trepar.
Paso a paso y con cuidado.
Seguimos hacia la cima.
Primero uno, luego otro, etc.
Uno que se asoma.
Y otro....
Y otro más....
Al fin, en la cima.
Contemplando el paisaje.
Bonito, ¿Eh?
Precioso, de verdad.
El esfuerzo ha merecido la pena.
El glaciar de vuelta.
El principe de las nubes.
Disfrutando del paisaje.
Un poquito de té caliente antes de bajar.
Esta noche habíamos dormido en el refugio Albert I. Después de cenar a gusto nos fuimos bastante rápido a la cama, ya que al día siguiente había que levantarse temprano. Pusimos el despertador sobre las 5 horas y después de desayunar y prepararnos nos pusimos en marcha sobre las 5,45 horas. Todavía no había amanecido y con el frontal puesto nos pusimos en marcha en dirección al glaciar. Para cuando llegamos al borde del mismo empezaba a amanecer por lo que pudimos quitarnos los frontales y nos sentamos a colocarnos los crampones y a encordarnos. Ya preparados nos pusimos en marcha. El cielo estaba totalmente despejado y la temperatura era bastante buena aunque un poco fría, pero teniendo en cuenta la hora y la altitud, la temperatura era genial. Aunque el desnivel desde el refugio no era mucho (sobre los 800 metros), el ascenso se hacía bastante duro. El caminar bastantes horas por el glaciar, la tensión de vigilar las grietas, etc., hacía que el cansancio se notase. En buena parte del glaciar la pendiente no era muy pronunciada. El desnivel, sobre todo, se encontraba en dos partes: Zona última del glaciar hasta llegar al collado y la parte final un poco antes de llegar a las rocas e iniciar la trepada.
Todo el camino me resultó bastante duro, aunque precioso.
Era una experiencia nueva, para mí.
Conocía los "glaciares" del Pirineo, había pasado bastantes veces por los neveros con crampones, pensaba que conocía lo que era caminar con crampones.
!Sí, sí¡ !Esto es otro mundo¡
La grandiosidad de los glaciares, su majestuosidad hacen que te sientas pequeño, muy pequeño. Las grietas que ves se han formado, la forma en que se mueven, la inquietud que sientes al cruzar esas mismas grietas por los puentes de hielo.........
!Todo eso hace que la adrenalina fluya con fuerza¡
Si a todo ello le unes que, normalmente, tienes bastantes pasos aéreos de trepada para subir a las cimas, que ninguna cima es fácil, que cualquiera de ellas requiere un esfuerzo considerable.........., te das cuenta que estás en los ALPES.
Bueno, dejando aparte este paréntesis, seguiré comentando que después de horas caminando por el glaciar llegamos a la base de la aguja. Nos quitamos los crampones, piolet, bastones, mochila y demás y nos dispusimos a trepar hacia la cima. La trepada no era difícil, pero requería bastante atención. Seguíamos enconrdados y de esta forma llegamos a la cima. Tomamos las fotos de rigor, Ángel sacó un termo con té caliente que reconfortaba y al rato iniciamos el descenso. Nos equipamos nuevamente con crampones y demás y volvimos hacia el refugio pero bordeando la aguja por otro glaciar. Llegamos al refugio y después de un pequeño refrigerio nos pusimos nuevamente en marcha hasta el valle. Esta vez, en lugar de coger el camino habitual hacia el Col de Balme, bajamos directamente hasta el pueblo de Le Tour.
!Buena bajada¡ Por si nos faltaba algo para terminar bien, hicimos un "bajadón" de más de 2.000 metros. En fin, todo sea por la "pasta". Llegamos al pueblo con muchas ganas de tomarnos unas "birras". Rápidamente recogimos todo en la "furgo" y nos dirigimos al albergue, con intención de ducharnos, descansar y cenar, ya que mañana sería otro día.
Salimos del refugio sobre las 5,45 horas y llegamos al pueblo de Le Tour sobre las 17,30 horas.
Estuvimos 6 horas y 30 minutos en movimiento para un recorrido de una longitud de unos 13 kilómetros.
El desnivel acumulado en ascenso ha sido de 890 metros y de 2.098 metros en descenso.

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