Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

domingo, 3 de junio de 2018

(20180603) Ancares 4ª etapa - A Campa da Braña-Robledo-Vilar-Vilarnovo-Chao de Vilarin-Vilaquinte.

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Salimos de A Campa da Braña.
 Ya preparados.
 Tenemos de todo, nubes y sol.



 Un primer obstáculo.

 Los primeros hongos.     Estos no los recogemos ya que acabamos de empezar la travesía.

 La zona es muy verde y con mucha agua.







 Un pequeño puente.




 Robledo.








 Vilar.




 Carretera.







 Punto alto de la travesía.

 El tiempo comienza a cambiar.


 Estos hongos sí los guardamos para la merienda.








 Comprobaciones de la ruta.

 Nos desviamos hacia la derecha y seguimos bajando.



 Vilarnovo.








 Chao de Vilarín.




 Puente sobre el Ser.

 Firme y consistente.


 Y después del puente..........,la nada.






 Subiendo a Vilaquinte.

 Vilaquinte.




La etapa de hoy era un poco de transición y el tiempo tampoco nos ha acompañado.
No ha sido un día tan malo como anteayer pero hemos tenido un poco de todo, abundando el mal tiempo.
El recorrido es bastante cómodo y discurre normalmente por pistas amplias, salvo en algunos casos que son senderos que están cerrados por falta de uso y dificultan mucho el avance.

Comenzamos a andar en A Campa da Braña después que nos dejasen algo para desayunar que consistió en un termo con café y algunas magdalenas.

Empezamos la travesía en descenso hasta que llegamos a un pequeño puente en curva, no sin antes tener que atravesar una alambrada y cruzar un pequeño arroyo.
A partir de aquí iniciamos el ascenso y primeros pasamos por el pueblo de Robledo, poco después por Vilar en donde cruzamos la carretera LU-P-1409 y un poco después alcanzamos una pista para seguir por la misma hasta alcanzar el punto alto de la travesía. 

Robledo y Vilar pertenecen a la parroquia de Donís.

Desde aquí continuamos en descenso por camino o pista cómoda hasta que llegamos a un desvío de pistas que en nuestro caso tomamos la de la derecha para seguir descendiendo hacia Vilarnovo.       Atravesamos Vilarnovo y llegamos a Chao de Vilarín, desde donde seguimos bajando hasta llegar al río Ser para cruzarlo por un bonito puente de madera.

Vilarnovo y Chao de Vilarín pertenecen a la parroquia de Vilaquinte.

Aprovechamos este lugar para parar unos minutos y comer algo, antes de llegar al final de etapa.
Hasta llegar al puente el camino era cómodo, amplio y evidente y además el puente estaba construido recientemente y con una indicación clara que únicamente permitía el paso de pesos inferiores a 7 toneladas.         Es decir, un puente en condiciones.
Curiosamente al otro lado del puente se acaban las pistas, los caminos o los senderos.
Únicamente se aprecia un pequeño sendero totalmente cerrado que en la actualidad parece una pequeña torrentera.
No tenemos más remedio que intentar abrirnos paso a través de las zarzas y la maleza y poco a poco y en continuo ascenso conseguimos llegar a nuestro fin de etapa.

Todavía nos estamos preguntando como puede ser que inmediatamente después de un puente de estas características, el camino desaparezca.
Habrá que preguntar en la Diputación de Lugo.

Llegamos a nuestro fin de etapa y a una casa digna de mención:    Casa O Crego.     

Es un conjunto de arquitectura tradicional (s.XIX), reciente y artesanalmente restaurado respetando escrupulosamente la personalidad ancaresa.     Posee la clásica y popular "lareira" transformada en amplia sala de estar con utensilios y muebles autóctonos restaurados.      El palleiro (pajar) se adoptó en un acogedor y sorprendente comedor.       Las habitaciones siguen las mismas pautas y están perfectamente equipadas y resultan muy acogedoras.
Sus anfitriones resultan muy amables y simpáticos e intentan resolverte cualquier problema que tengas o te indican cualquier ruta o variación de las mismas.     
La cocina y atención perfectas y abundantes.       En resumen, una delicia de lugar y un encanto de anfitriones.
Cuando llegamos llevábamos los hongos que habíamos recogido por el camino.    Le comentamos a la señora si podía prepararnos para la cena y nos comentó que por ella ningún problema, pero que no tenían cultura de hongos y setas y no sabía muy bien cómo resultaban mejor.     
Nuestra respuesta fue que si no le importaba, nosotros mismos podríamos preparar los hongos, si nos prestaba unos minutos su cocina.       No tuvo ningún problema y nuestro "chef" particular se dedicó a limpiarlos y laminarlos finamente,  para que después de unos ligeros toques en sartén añadirles una yema cruda de huevo y pasar a su degustación.
Por supuesto invitamos a los anfitriones para que probasen tan exquisito manjar.
¡Sensacional!

Después de una agradable charla al final llegó la hora de la cena y la anfitriona nos obsequió con lo siguiente:
- Una especie de pisto con huevos azules que son típicos de gallina araucana o mapuche, que proceden del sur de Chile y Argentina y tienen la peculiaridad que ponen huevos con la cáscara de color azul.
- Como segundo unos filetes de jamón asado con arroz blanco y ensalada.
Para postre nos preparó una crema de limón que estaba muy buena.

Todo lo anterior perfectamente regado con un vino de producción casera ya que el propietario también tenía unos viñedos en la Ribera Sacra y hacía un vino suave y curioso, mezcla Mencía 75 % y Godello 25 %.




Hemos comenzado a andar en A Campa da Braña a las 7 horas y 49 minutos y llegado a Vilaquinte a las 15 horas y 47 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en la travesía ha sido de 6 horas y 25 minutos a una media de 3 kms./hora.
El tiempo dedicado a descansos, fotos, agua, "hamaiketako", almuerzo, etc., ha sido de 1 hora y 30 minutos. 

El desnivel total acumulado en ascenso ha sido de 717 metros y en descenso de 1.243 metros.
La longitud total de la travesía ha sido de 18,6 kms.


La travesía no tiene mayor dificultad. La mayor parte del recorrido discurre por buenos caminos salvo la última subida desde el río Ser a Vilaquinte que la tuvimos que hacer desbrozando el camino con los bastones y como pudimos.
El nivel de descenso acumulado tal vez pueda ser un poco elevado y acaba notándose.

No hay ningún tipo de señalización en los caminos y existen varios cruces por lo que se hace necesario la utilización de GPS con un buen "track".

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