




























Sin nada especial que citar recorrimos los kilómetros que separan Donostia de Granada, eso sí, realizando todas las paradas a las que nos obligaban nuestras respectivas próstatas.
Después de pasar Granada, sin detenernos, comenzamos a subir hacia la estación de ski de Sierra Nevada. Por el camino nos paramos en un centro de interpretación y después de ver las cosas que tenían, hacer algunas preguntas sobre los microbuses de aproximación, etc., continuamos nuestro viaje hasta llegar al Albergue Universitario.
Una vez allí, nos presentamos, tomamos una cerveza para hacer boca y a esperar la cena. Estaba bastante vacío, salvo unos cuantos profesores de instituto de Murcia y sus respectivos alumnos (unos pocos elegidos).
Después de una cena un tanto curiosa, dimos una vuelta por los alrededores y comprobamos los diferentes observatorios de la zona, sobre todo uno de ellos con una gran parabólica que dijeron era de propiedad multinacional. Después de unos cuantos sesudos debates, llegamos a la conclusión que este observatorio se utilizaba para la escucha de las conversaciones de los pilotos de las naves marcianas. Esta conclusión nos resultó fácil para aquellos que desde hace muchos años habíamos tenido la fortuna de escuchar las conversaciones de los pilotos de naves domésticas, en aquellas laderas cercanas al caserío Ermaña. En esta ocasión la tecnología la proporcionaba Karmelo, eso sí, siempre después de la sobremesa ya que a esa hora los pilotos nos hablaban mucho más claro.
Bueno, sin más tonterías, al día siguiente nos pusimos en marcha ilusionados y con ganas. La intención era subir Veleta, intentar encontrar el famoso Paso de los guias y dependiendo de la nieve seguir hacia el refugio de Poqueira por alguno de los caminos posibles.
Salimos con buena disposición, nos sacamos fotos en el pequeño altar de la Virgen de las Nieves y continuamos camino en dirección a la cima del Veleta.
Después de sacarnos alguna que otra foto, también una muy especial del puesto de helados de la cima para mandársela a Karmelo, bajamos hacia el collado y refugio de la Carihuela donde nos dimos cuenta que la nieve era abundante y que nos encontraríamos con algunos problemas.
La verdad es que además de tener que ponernos los "grampones" y avanzar lentamente debido a la nieve acumulada, tuvimos bastantes problemas ya que los diferentes caminos por los que pretendíamos llegar al refugio estaban muy mal y tuvimos que retroceder más de una vez e intentar retomar otras zonas que nos parecían menos malas. Primero intentamos evitar pasar por el refugio de La Caldera pero no pudimos por la nieve de las laderas, después intentamos pasar a su lado sin bajar, pero tampoco pudimos, al final tuvimos que llegar al refugio por zonas no habituales, pero que estaban más o menos bien para nuestras intenciones.
Al final, sabemos por dónde llegamos al refugio gracias al track marcado por el GPS, de lo contrario no lo tendríamos muy claro.
Nos costó muchísimo llegar, pero al final lo conseguimos e incluso retrasaron la cena media hora para darnos tiempo a ducharnos.
Después de la ducha y una buena cena, nos fuimos a nuestros respectivos catres hasta el día siguiente, no sin antes jugar un poco con un perro y una gata que estaban en el refugio.
Nos dieron una habitación de 16 plazas únicamente para nosotros, por lo que estábamos muy bien instalados.
Comenzamos a andar en el albergue sobre las 8 horas y llegamos al refugio sobre las 20 horas.
El tiempo efectivo empleado en la travesía ha sido de unas 8 horas a una media de 2,2 kms./hora.
El tiempo destinado a "hamaiketako", almuerzo, descansos, fotos, "grampones", etc., etc., ha sido de unas 4 horas.
El desnivel acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 1.025 metros.
La longitud total de la travesía ha sido de unos 17,2 kms.
No hay comentarios:
Publicar un comentario