Curiosidades del camino.
Bonita decoración. Zona de jubilados con "buen" gusto.
Puente curioso antes de llegar a Iraeta.
Pequeño descanso en Zestoa para beber agua y comer algo de fruta.
Todavía se aprecia algo de vía verde.
Bonito sendero.
Llegando a Aizarna.
Curioso Humilladero.
Este día todas las fuentes eran pocas.
Saliendo de Aizarnazabal.
Entrando en Oikina.
Otra ermita.
Puente medieval.
Otra vista del mismo puente.
Compañero del camino.
Llegando a Zumaia.
Directos a la playa para el chapuzón.
Después de haber llegado del Pirineo y con las piernas un poco cansadas, teníamos diferentes planteamientos para el día de hoy. Hacer una excursión larga por la zona de Aiako Harria (duro), hacer unas cuantas cimas por la zona de Arantzazu (pasable) o hacer una excursión suave de costa. Como los días estaban siendo bastante calurosos nos inclinamos por la excursión suave de costa con baño. La idea inicial era ir a Zestoa y desde allí por Aizarna y Aizarnazabal, volver a Zumaia. Era corta y con baño en Zumaia. Quedamos citados en la estación de Amara para coger el tren de las 8:17 horas. Nos juntamos en Amara Juanma y yo y posteriormente Joxean se montó en Añorga. Durante el trayecto estuvimos comentando la necesidad de alargar un poco la excursión de lo contrario acabaríamos para el mediodía. Todos estuvimos de acuerdo y Juanma comenzó a sacar mapas e itinerarios de la zona del Urola que nos abrumó. Al final elegimos realizar una travesía circular que saliendo de Zumaia fuese hasta Zestoa y de allí vuelta por otros caminos. La verdad es que la excursión resultó bonita, variada y con su puntito de aventura (como siempre). Salimos de Zumaia por la PR-GI-140, que es un camino que conduce directamente a Zestoa, pasando por Iraeta. El camino es bonito y aprovecha en ocasiones la vía verde del antiguo tren del Urola. En Zumaia y después de salir de la estación el problema estaba en encontrar el inicio del sendero PR. Un par de preguntas y en seguida nos situamos en camino. El recorrido era bonito, transcurría entre bosque y río, aunque no lejos de las carreteras. Había amanecido un día de calor bochornoso que unido a la humedad de los bosques nos hacía sudar de buena manera desde el principio. Menos mal que no nos faltaba agua por el camino. Llegamos a Zestoa y aprovechamos unos árboles, bancos y fuente al lado de un centro gerontológico (¿nuestro futuro?) para descansar un poco, beber agua, reponer cantimploras y comer algo de fruta y frutos secos. A los pocos minutos seguimos nuestro camino cruzando todo el pueblo para tomar la PR-GI-143 que va a Régil, con intención de llegar a Aizarna. Sin mayores problemas llegamos a este pueblo desde un alto y la entrada era muy bonita. Un poco más de agua en la fuente de la iglesia y aquí tomamos una desviación y otro sendero, esta vez cogimos la GR-35 (Sendero de transhumancia) que se dirige a Aizarnazabal y posteriormente a Oikia y Zumaia. El tramo de Aizarna a Aizarnazabal no está bien marcado, debido a obras, apropiación indebida del sendero por parte de agricultores que les parece poco su terreno de siembra, escombreras clandestinas, etc. Al final y sin mayores problemas llegamos a Aizarnazabal. Lo curioso era que en todos los pueblos o bien al entrar o bien al salir, oíamos un repique de campanas (¿casualidad?). Yo creo que era un aviso de que llegábamos o que nos íbamos, para esconder o sacar a los niños del pueblo. Al llegar a Aizarnazabal intentamos encontrar un lugar agradable y a ser posible con sombra y agua para poder comer algo con tranquilidad. Lo encontramos. Nos sentamos, nos mojamos todo lo posible (el calor seguía siendo importante) y comenzamos a comer algo. La verdad es que esta vez la comida fue más frugal que en otras ocasiones, aunque no faltó el "bombillo" habitual.
El menú fue como sigue:
- Lomitos de S. Pichardus a los aceites vegetales de Jaén.
- Finísimas lonchas de testa de singularis porcus.
- Finos filetes de paletilla de porcus ibericus criados en Emérita Augusta.
- Delicatessen de embutidos secados a los vientos de la Sierra de Cantabria.
- Todo ello regado con un vino tinto joven, maceración carbónica, sin aguja, en el que se apreciaban todos los sabores de la fruta, los taninos e incluso los sulfitos.
!Excelente¡
Una vez acabado con este pequeño protocolo nos pusimos en marcha nuevamente, dirección a Zumaia. El calor seguía siendo asfixiante y con el estómago lleno, todavía más. Tuvimos varias cuestas que nos hicieron sudar la gota gorda. En este tramos el camino estaba muy bien marcado. Llegamos a Oikia y lo mismo........, repique de campanas. !Mosqueante¡ Llegamos a un pequeño collado y vimos a lo lejos la iglesia de Artadi. Continuamos ya que sabíamos que teníamos que dejar Artadi a nuestra izquierda. Otra subida otra sudada. Nos juntamos que un baserritarra que empezó a "vacilarnos" un poco. Con el rastrillo iba a juntar la hierba cortada. Nos dijo que si queríamos ya tenía más herramienta para que le ayudásemos. Le contestamos que no se preocupe, que en seguida íbamos a ayudarle. Nos quedábamos un momento a beber algo de agua y allá íbamos. Pasamos la autopista y al rato comenzamos a divisar Zumaia. Salimos enfrente del Museo Zuloaga. Rápidamente y sin perder mucho tiempo nos dirigimos a la playa. !Qué ganas de darnos un baño¡ Llegamos a la playa y nos aproximamos hacia las rocas de la Playa de Santiago. Sin perder mucho tiempo nos pusimos el traje de baño y dejamos en las rocas toda nuestra ropa sudada, calcetines incluidos, a orear un poco........... Nos pareció un poco extraño que la gente que estaba alrededor nuestro desapareciera en pocos minutos.
!Qué raro¡
Habrían anunciado tormenta. !Sería eso¡
Después de un baño reparador, por cierto, tampoco vimos ninguna medusa. Salimos y directamente a la ducha. Secarnos un poco, vestirnos con cuidado y rápidamente hacia la estación, no sin antes hacer una parada técnica para una cerveza con limón.
!Genial¡
Llegamos a la estación y a los pocos minutos llegó un tren con dirección Donosti. Cada uno bajó en su parada y como decimos normalmente:
!Un día más para recordar y enmarcar¡
!Todo muy bien¡
Comenzamos a andar en Zumaia sobre las 9,15 horas y acabamos con el baño sobre las 17 horas.
El desnivel acumulado en subida ha sido de 766 metros y de 771 metros en bajada. La longitud total de la excursión, baño incluido, ha sido de unos 24 kilómetros.
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