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Hemos comenzado a andar desde una zona de aparcamiento próxima a unas chabolas y también cercana a la fuente de Los Mosquitos.
Tal y como comentaba, la primera de las fuentes ha sido la de Los Mosquitos, que está muy próxima al inicio del recorrido.
Seguimos adelante disfrutando del entorno y evitando el agua y el barro, cuando es posible.
Volvemos al camino para seguir hasta la fuente de Baxautzi, cuyo nacimiento está a ras del suelo y por un pequeño agujero en la pared de roca.
Desde aquí nos vamos acercando a la zona del antiguo Convento de los Capuchinos y del Palacio de Urbasa, para desviarnos a visitar la ermita de las santas Nunilo y Alodia, que pertenece al municipio de Eulate, tal y como lo pone grabado en piedra.
"La leyenda de Nunilo y Alodia, las santas de Adahuesca está estrechamente ligada a la parroquial de la localidad, en la que, según la tradición estuvo su casa.
Cuenta la leyenda que Nunilo y Alodia nacieron en siglo IX de padre musulmán y madre cristiana. Aunque la ley les exigía profesar el Islam, su educación fue cristiana. Tras morir sus padres quedaron bajo la tutela de un tío paterno que intentó persuadirlas para que abrazasen la fe musulmana. Viendo que las hermanas se mantenían firmes en sus creencias, las denunció primero ante el gobernador de Alquézar, donde estuvieron presas, y más tarde ante el walí de Huesca.
Finalmente, el 22 de octubre de 851 fueron decapitadas.
Sus cuerpos fueron abandonados para que las alimañas los devorasen, pero una milagrosa luz impidió que ningún animal se acercara a ellos. Después sus restos se arrojaron a un pozo, cuyas aguas pronto fueron tenidas por curativas.
La veneración a las reliquias de los santos, verdaderas o falsas, representó una de las más firmes creencias de la época medieval. Expresión del favor divino que los santos gozaron ya en vida, sus restos tenían para el fiel un poder milagroso, de ahí que se desatara una verdadera fiebre por poseerlas.
Multitud de iglesias y abadías dependían para su subsistencia de su capacidad para atraer donaciones y limosnas, de ahí la importancia de disponer de reliquias más importantes que sus vecinas.
Así se explica que pocos años después del martirio de las santas, la reina de Navarra, deseosa de engrandecer el monasterio de Leire, mandara a uno de sus sacerdotes a estas tierras en busca de reliquias. Éste regresaría con las de las Santas Nunilo y Alodia, que desde entonces se veneran en un magnífico relicario de marfil."
Una vez en el vehículo nos quitamos el barro de las botas y nos limpiamos un poco antes de introducirnos en el coche para dirigirnos a uno de nuestros "jatetxes" favoritos.
En muchas ocasiones seguimos los postes de madera con la flecha azul, pero también hay momentos en que abandonamos los caminos y vamos campo a través sin referencia alguna.
Como siempre, aconsejamos utilizar GPS con un buen "track", ya que estamos recorriendo una zona muy amplia y no hay muchas referencias.
Hemos comenzado a andar sobre las 8,50 horas y acabado en el mismo sitio sobre las 12,30 horas.
El tiempo efectivo empleado en el recorrido ha sido de unas 2 horas y 53 minutos y a una media de 3,1 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, descansos, "hamaiketako", etc., ha sido de unos 43 minutos.
Para llegar al punto de inicio hemos utilizado vehículo propio y la N-I hasta Altsasu.
Allí hemos seguido la NA-7183 para enlazar con la NA-718, que nos lleva a la parte alta de Urbasa.
Continuamos y después de pasar el camping debemos llegar hasta el km. 26 y unos metros después, llegamos al aparcamiento.
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