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Oñati.
Torre Zumeltzegi en la actualidad hotel y restaurante.
Subiendo por cómoda pista.
Una especie de fuente.
Actual refugio cerrado y lugar de nuestro "hamaiketako".
A la altura de la borda Koroso tomamos la pista del centro para subir a Korosomuño.
Borda Koroso.
Korosomuño.
Borda Lizargarate en la actualidad convertida en una sociedad gastronómica.
Udalatx, Anboto y el Duranguesado.
Subiendo hacia Landarraitz.
Landarraitz.
Entramos en la zona de pic-nic de Azalditegi.
Cima de Azalditta.
Otra pequeña fuente en el camino.
Antzineko erreka.
Una borda en una curva del camino.
Otra fuente.
Antzuola.
Teníamos pendiente realizar esta travesía y aprovechando el pronóstico de buen tiempo decidimos hacerla, saliendo bastante temprano de casa.
Cogimos el tren de cercanías hasta Zumárraga sobre las 7 horas y 10 minutos y en la misma estación un autobús de la línea que va a Arrasate y que nos dejó en Oñati.
Tuvimos mala suerte, ya que justo cuando llegábamos a la estación el autobús salía, lo que hizo que tuviésemos que esperar unos 30 minutos hasta el siguiente.
Lo cierto es que el tren llegó con unos pocos minutos de retraso, suficiente para que perdiésemos el enlace.
Ya una vez en Oñati nos equipamos convenientemente y comenzamos a andar sobre las 9 horas y 30 minutos.
Comenzamos a andar dirección Norte para pasar por la Torre Zumeltzegi, en la actualidad convertido en un bonito hotel y también con un magnífico restaurante.
Torre Zumeltzegi.
La historia de Oñati está indiscutiblemente ligada a la Torre Zumeltzegi.
Es la construcción civil de mayor antigüedad de la villa, y un símbolo del poder de los Guevara, que desde 1149 y hasta 1845 en calidad de señores feudales, gobernaron el municipio desde su imponente atalaya, una colina desde la que se divisa todo el pueblo.
Sus muros han visto pasar siglos de historia, de encarnizadas luchas banderizas, complots, amores, desamores, encuentros y desencuentros, ya que desde el siglo XIII y hasta mediados del siglo XIX momento en el que se procede a la venta y liquidación de los bienes condales, sus propietarios fueron los "jauntxos" de la villa.
En 1900, la casona, ya destinada al uso agropecuario, fue adquirida por Juan Ignacia Guridi (abuela de los actuales propietarios), que al enviudar compró la propiedad para un uso agrícola-ganadero.
La familia Gorostidi Anduaga se ha criado en ella, consciente de que su hogar, ahora reconvertido en hotel, ha marcado la historia de Oñati, que no se liberó del dominio del conde y se incorporó a Gipuzkoa hasta 1845.
En fuerte pendiente y en un principio siguiendo la SL GI-10 "Por las faldas de Aloña", avanzamos por cómoda pista cementada.
Continuamos la pista sin pérdida y después de unos 90 minutos de ascenso llegamos al lado de una precaria fuente y unos 100 metros después a un refugio que se encuentra en una curva de la pista.
Aprovechamos el lugar y la hora para pararnos unos minutos y comer algo de fruta, galletas, etc., así como quitarnos un poco de ropa, ya que la temperatura comienza a templarse.
Continuamos subiendo y nos encontramos con un cruce de caminos al lado de la borda Koroso.
Nosotros dejamos la pista cementada y seguimos por la pista central con intención de ascender a la cima de Korosomuño.
Pasamos al lado de un bonito y antiguo mojón y poco después llegamos a la cima de Korosomuño con su bonito buzón en forma de cohete.
Unas cuantas fotos y seguimos por la zona cimera y cómoda que se encuentra abierta de vegetación debido al paso subterráneo de tuberías de conducción de gas.
Bajamos por el lado contrario para enlazar nuevamente con la pista cementada a la altura de la borda Lizargarate, que en la actualidad es una sociedad gastronómica, perteneciente a vecinos de la cercana Antzuola.
Seguimos avanzando por la pista a la vez que contemplamos unas vistas sensacionales sobre Udalatx, Anboto y todo el Duranguesado y por otra parte la zona de la Sierra de Aloña y al fondo los aerogeneradores de la Sierra de Urkilla.
Dejamos la pista, otra vez, para ascender hacia la cima de Landarraitz, con buzón y vértice geodésico.
Bajamos para enlazar con la pista cementada y poco después llegamos a la zona de descanso de Azalditegi, con sus mesas, fuente, etc.
Desde aquí nos desviamos nuevamente para llegar a la última cima del día: Azalditta.
Esta cima no tiene buzón ni señal alguna, por lo que ponemos los bastones en el punto que consideramos puede ser la cima.
Desde la parte alta y por bosque y con bastantes zarzas, intentamos llegar por el mejor camino posible hasta la pista cementada, que sin perderla nos llevará hasta el punto final y por tanto nuestro objetivo: Antzuola.
Siguiendo la pista pasamos al lado de un par de fuentes, una borda y llegamos al pueblo por la ribera de Antzinako erreka.
Antzuola y el Alarde del Moro.
En el alarde se ensalzan dos episodios. Por un lado, los alardes que, con anterioridad a la pérdida de los Fueros, se celebraban cada año a fin de revisar la situación de las armas y de la milicia foral.
A pesar de que esta costumbre se perdiera y de que en 1876 desaparecieran los Fueros vascos, más tarde en el conjunto de Euskal Herria comenzaron a recuperarse las celebraciones ancestrales; en Antzuola fue en 1881 cuando empezó a representarse el Alarde con el personaje del Moro.
Por otro lado, y tomando como justificación la batalla que, según la tradición, los soldados de Antzuola libraron contra los moros en Valdejunkera en 920, se quiere expresar el orgullo de ser antzuolatarra.
La celebración consta de dos partes: el desfile que se realiza por las calles de la localidad; y el acto que tiene lugar en la plaza.
Aparece el Moro montado a caballo, acompañado por su séquito, maniatado con una cadena y escoltado por los gastadores.
El general le ordena que baje del caballo, que su escolta deponga las armas y que se retire a los soportales del ayuntamiento.
("Moro, erretirate a los arkupes")
Acto seguido, éste comienza su arenga, en ella ensalza la actitud que los soldados de Antzuola tuvieron en la batalla de Valdejunquera.
Una vez en el pueblo nos dirigimos hacia la iglesia cercana a la plaza del ayuntamiento y allí procuramos ponernos cómodos antes de dirigirnos a un restaurante cercano.
Ya más cómodos y refrescados procedemos a tomar un ligero "aperitive" en la parte exterior del "jatetxe", mientras charlamos un rato con un primo de un integrante de la "cordada".
Una vez terminado el "aperitive" pasamos al comedor y nos sentamos a la mesa a la espera que nos presenten la posibilidad de menú.
Con gran jolgorio y apetito procedemos a dar buena cuenta de lo siguiente:
- La mayoría un buen plato de verduras asadas y el resto opta por sopa de pescado.
Casi todos los del plato de verduras asadas hubieran optado por la sopa de pescado, una vez visto lo visto.
- Como segundos, unanimidad: Cordero asado con ensalada y patatas fritas.
Todos hemos quedado satisfechos y contentos.
Postres variados tales como cuajada de café, helados, etc., cafés y algún "digestive" que otro.
Toda la comida perfectamente regada con un tino joven de procedencia desconocida al que no le hemos castigado demasiado, ya que no le hemos añadido mucha de "gure gaxeosie".
Estuvimos comentado temas de ferrocarriles, tales como las del antiguo FFCC Vasco Navarro, ya que bajamos del autobús en Oñati justo frente a una antigua estación de este ferrocarril.
Por tanto, me ha parecido conveniente incluir un poco de información sobre el tema:
FFCC Vasco Navarro:
En Maltzaga (barrio de Eibar) y que además servía de enlace con la línea Bilbao-San Sebastián, iniciaba su recorrido el Vasco-Navarro y unía Gipuzkoa, Alava y Navarra llegando hasta Estella.
Estuvo en funcionamiento desde 1.889 y hasta 1.967.
En Gipuzkoa comenzaba en Maltzaga y seguía por Bergara, San Prudentzio, Arrasate, Aretxabaleta, Eskoriatza y Leintz Gatzaga para pasar a Alava y llegar a Vitoria pasando por Villarreal de Alava, Durana, etc.
En Gipuzkoa había un ramal a Oñati desde San Prudentzio, en Alava otro ramal hacia Estíbaliz que pasaba por Maeztu, Antoñana y llegaba a Campezo y después el ramal hacia Estella que pasaba por Ancin, Murieta, etc.
Además del anterior también hubo otro ramal llamado Ferrocarril del Deba y que unía Maltzaga con Zumárraga a través de Bergara, Antzuola, etc. salvando el puerto de Descarga con grandes pendientes y curvas con radios de hasta 60 metros. Esta línea fue inaugurada en 1.889 y se clausuró en 1.975.
Por tanto, el pueblo de Antzuola, tuvo estación de tren.
Esta línea enlazaba con el Ferrocarril del Urola que unía Zumárraga con Zumaia y en el mismo pueblo de Zumárraga existía conexión con el Ferrocarril del Norte que une Madrid con Irún.
Hemos comenzado a andar en Oñati sobre las 9 horas y 30 minutos y terminado en el centro de Antzuola sobre las 14 horas y 20 minutos.
El tiempo efectivo empleado en la travesía ha sido de unas 4 horas y 15 minutos a una media de 3,4 kms./hora.
El tiempo dedicado a descansos, agua, "hamaiketako", etc., ha sido de unos 35 minutos.
El desnivel total acumulado ha sido de unos 650 metros, tanto en ascenso como en descenso.
La longitud total de la travesía ha sido de unos 14 kms.
La travesía es muy cómoda y no tiene ninguna dificultad.
Todo el tiempo discurre por pista cementada o forestal, salvo las desviaciones que hemos realizado para subir a las cimas, pero se pueden evitar sin ningún problema.
Para evitar posibles problemas de cruces de caminos es conveniente utilizar GPS con un buen "track", ya que no hay marcas que indiquen la buena dirección.
Tal y como hemos indicado anteriormente hemos utilizado el tren de cercanías para llegar a Zumárraga y desde la misma estación autobús de línea dirección Arrasate para llegar a Oñati.
La vuelta desde Antzuola la hemos realizado por autobús de la línea Antzuola-Zumárraga que nos deja en la misma estación y después, otra vez, el tren de cercanías hasta el punto de origen.
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