Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

martes, 16 de febrero de 2010

(20100216) Zestoa-Ekain-Endoia-Itziar-San Roke-Deba

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Zestoa. Bonito puente.
Antigua fuente al lado del puente.
Pasando por Ekain berri, réplica de la cueva de Ekain.
Otra vista de Ekain berri.
Llegando a Sastarrain.
Entrando a la granja escuela de Sastarrain.
En la auténtica cueva de Ekain.
Subiendo hacia Endoia.
En el barrio de Endoia.
Bonito frontal de la iglesia de Endoia.
Otra vista de la iglesia.
Contemplando la finca de la diputación para menores tutelados.
Después del "hamaiketako", recogiendo las cosas.
Contemplando el paisaje.
Bonito sendero.
Los guardianes de la propiedad.
!Esto es demostrar celo en su trabajo¡
Nos encontramos con el presidente del consejo de administración.
Al final nos hicimos socios de su empresa.
Se dejaba querer.
Al final formaremos una asociación en favor de la libertad del burro autóctono.
Camino de San Roke.
En la ermita de San Roke.
Otra de San Roke.
La semana anterior comentamos la posibilidad de buscar alguna ruta montañera que uniese estos dos pueblos con intención de hacerlo esta semana.
Después de unos cuantos intentos para buscar senderos o rutas pintorescas que nos llevasen de un pueblo a otro, encontramos una serie de caminos que nos podrían llevar hasta el punto de destino, pero para ello teníamos unos pocos kilómetros por asfalto.
Todo el mundo de acuerdo, quedamos citados para coger el autobús que nos llevase al punto de inicio: Zestoa.
Una vez en el pueblo y después de preguntar a un amigo de la zona si conocía algún camino que nosotros no hubiésemos visto, tomamos un café y sin conseguir nada nuevo nos pusimos en marcha en dirección al sendero que teníamos previsto.
Comenzamos atravesando el puente de Zubimusu para después llegar al Palacio de Lili, la réplica de la cueva de Ekain, la granja escuela de Sastarrain, la cueva auténtica de Ekain, etc.
Seguimos subiendo y llegamos al barrio de Endoia donde enlazamos con la carretera de asfalto.
El tiempo era un poco frío pero agradable para caminar. No llovía ni nevaba, pero de vez en cuando amenazaba con algunas gotas de lluvia.
Por el camino seguíamos arreglando el mundo con innumerables discusiones sobre todos los temas y colores. Seguiremos diez años más y tampoco nos pondremos de acuerdo.
Tenemos una cosa clara: !El espíritu competitivo y la cabezonería¡
Un poco después de Endoia encontramos un camino de cemento que parece seguía una dirección que nos podía convenir. La dirección era correcta, nos podía llevar hacia la falda de Saltsamendi. También es cierto que ninguno estábamos seguros si el camino nos llevaría a nuestro destino o acababa en un caserío próximo. (Posteriormente comprobamos que el camino era correcto y nos hubiese podido llevar a un cruce para empalmar con el sendero de la PR-GI-44 y así ahorrarnos un buen tramo de carretera.) Lo que si es cierto es que nos enzarzamos en discusiones sobre la conveniencia de tomar este camino o seguir y coger el camino tradicional.
A los pocos minutos, lo que menos importaba en la discusión era si el camino era bueno o malo, sino cual de los dos que estaban discutiendo era más cabezón.
En fin, creo conveniente iniciar un proceso de reflexión para que el carácter no se nos "a-jubile" y podamos seguir manteniendo el mismo espíritu de júbilo que hasta ahora.
Seguimos un rato más por la carretera y llegamos al cruce que baja a Lastur y un poco después nos metimos en el bosque para enlazar con el sendero de la PR que sube de Lastur.
Al poco de seguir por el sendero, nos dimos cuenta que estaba totalmente embarrado. La verdad es que estaba infame, no había manera de poder caminar sin poner todos los sentidos en no resbalar. Lo que teníamos claro es que no había manera de evitar mancharnos de barro hasta las rodillas. (Es un decir).
Parece ser que a los propietarios de algún "baserri" del lugar se les había ocurrido sacar a pasear a la vacas. No tenían muchas, unas 3 ó 4, pero lo que está claro es que les dieron muchas vueltas por el camino. Por lo menos hicieron todo el sendero, ida y vuelta, unas diez veces y claro, unas cuatro vacas yendo y volviendo diez veces a través de un sendero, es como si hubiese pasado un rebaño de unas 80 vacas. Y para que el tema tuviese más "mala leche", estoy convencido que a las vacas las purgaron antes de salir, para que el sendero adquiriese un puntito bucólico-diarreico.
Al final conseguimos salir de la zona embarrada, pero ya estábamos en el polígono industrial de Itziar. Un poco antes de llegar a las edificaciones pasamos por un caserío que estaba convenientemente guardado por una cuadrilla de gansos, que ríase Vd. de los mastines del Pirineo. Escandalosos y agresivos. Al lado del caserío había un "aska" y allí pudimos limpiarnos un poco del barro que llevábamos encima. Con bastante menos peso en las botas entramos en el polígono y fuimos directamente a comer.
Para acabar bien, durante la comida también tuvimos unas cuantas buenas discusiones. Esta vez el tema era: El cordero lechal.
!Parecíamos unos auténticos expertos¡
Era como si hubiésemos estado toda la vida de pastores en Ohio, por lo menos.
En fin, no tenemos remedio. Alguna vez ya aprenderemos, aunque experiencia no nos falta, por lo que el problema debe ser que no tomamos nota.
Nos sentamos y lo primero fue tomarnos una buena botella de txakolí.
!Delicioso¡
Después comimos de todo: Coliflor con besamel, sopa de pescado, canelones de espinacas, alubias con sacramentos, etc. De segundo el tema fue menos variado, carne cocida con pimientos y algo de tomate y una de sapo en salsa. Postres variados, café y agua bendita.
La comida estuvo regada con el prestigioso tinto Viña Nerea, en el que se apreciaba unos tonos picota y algo de rubí, en nariz se notaba perfectamente el aspecto afrutado, tal y como pudimos confirmarlo en boca. Además era muy nítido el sabor a canela, regaliz y algo de acero inoxidable.
En resumidas cuentas y siguiendo nuestra teoría: No estaba muy frío, por tanto no era tan malo.
Después de los cafés nos juntamos con Maixol y su marido (amigos de Joxean), con los que estuvimos charlando un rato.
A los pocos minutos nos despedimos y nos dirigimos hacia el pueblo de Itziar, su iglesia y el camino que nos conducía a la ermita de San Roke, para posteriormente bajar al pueblo de Deba y dirigirnos rápidamente a la estación.
A los diez minutos, aproximádamente, llegó el tren que nos condujo a Donostia de vuelta.
Cada uno se fue bajando en la estación que más le convenía para dirigirse a su correspondiente nido.
Hemos comenzado a caminar sobre las 9 horas y hemos terminado en la estación de Deba sobre las 16,30 horas.
Hemos empleado unas 5 horas y 15 minutos para recorrer los 23 kms., aproximádamente, de recorrido total, a una media de unos 4,3 kms./hora.
El tiempo empleado para fotos, almuerzo y comida ha sido de unas 2 horas y 15 minutos.
El desnivel acumulado en ascenso ha sido de unos 720 metros y de 775 metros en descenso.

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