Recogiendo piedras para los bolsillos.
Todos con unas ganas de que haga buen tiempo y poder seguir con normalidad las excursiones habituales........, que ya no sabemos que hacer. Como estábamos hasta las narices del tiempo, decidimos dar una vuelta y que nos diese el aire, por lo menos, por lo que haciendo caso omiso a todas las previsiones meteorológicas pensamos en dar una vuelta por Ulía y acabar con una pequeña comida en El Cangrejo. ¡Dicho y hecho! Quedamos a las 10 de la mañana en el embarcadero de San Pedro y allí nos encontramos como un clavo. El viento era horrible y la lluvia no paraba. Por un momento nos entró la duda de si merecía la pena o no, pero a pesar de todo ganó el espíritu aventurero. Sin pensarlo mucho más nos pusimos en camino hacia las escaleras que suben al faro. La lluvia seguía y el viento también. Llegamos a la carretera y después nos adentramos en los senderos de Ulía. En un primer momento nos preguntamos si hacíamos una vuelta en forma de ocho o seguíamos el camino de la GR. En ese momento se puso a llover con más fuerza y el viento casi nos tira. ¡Por el camino corto! Dijimos los tres al unísono. Llegamos a la fuente y nos paramos un poco para beber algo de agua y de paso recoger algunas piedras para meternos en los bolsillos. ¡Era una pasada la cantidad de agua que traía la fuente! Continuamos por el sendero y en la parte que estaba más protegida del viento se estaba bien, aunque seguía lloviendo. Estábamos los tres bien pertrechados. Pantalones de agua, botas a prueba de todo, paraguas, gorras, etc. Los paraguas podíamos utilizar unas veces no y otras tampoco y con el viento que hacia la lluvia te pegaba en la cara haciéndote daño. Continuamos el camino y al llegar a la parte alta y más despejada, teníamos verdaderos problemas para poder avanzar o para que el viento no nos mandase a hacer puñetas. Por todo el camino nos encontrábamos con árboles arrancados por el viento, que en muchas ocasiones teníamos que sortear o saltar. Se pueda decir que la excursión era de dificultad alta y de gran exigencia técnica, debido al peso que llevábamos por las piedras. Al final ya llegamos a una zona más resguardada, es decir, la fuente de La Kutralla. Fíjate lo que ha tenido que llover, que esta fuente que lleva años seca........ ¡Tenía hasta dos caños de agua! Comimos unos frutos secos y un poco de agua y nos hicimos unas fotos. De allí continuamos el camino y al llegar a Iradi nos paramos un rato para contemplar la playa de La Zurriola. No se veía a nadie, ni siquiera a gente haciendo surf. El viento y la lluvia no paraban. Llegamos a Gros y decidimos dar una vuelta por el barrio y comprar algo para comer en la sociedad. Dicho y hecho. Dimos un par de vueltas, tanteamos en varias pescaderías y después de tomar un “pote” en el bar de Luis Mª Aramburu nos dirigimos al establecimiento de Sorondo para comprar unas anchoas y una mediana. Con un poco de pan, un par de huevos, ajos, perejil y unas gulas, nos preparamos un menú de cágate lorito. En primer lugar unas anchoas rebozadas a las finas hierbas que estaban cojonudas. En segundo lugar una mediana fresca en salsa verde acompañada con gulas. También cojonuda. Después de una amena conversación, un café y un txupito, hicimos la cuenta y cada uno a su casita. Todavía seguía lloviendo y hacia viento. Bueno, hemos hecho lo que pretendíamos, hemos comido bien, hemos pasado un muy buen día........ ¡Qué más podemos pedir!
Otro día más para recordar. Día precioso. ¡Todo genial!.
Otro día más para recordar. Día precioso. ¡Todo genial!.
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