Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 4 de abril de 2018

(20180404) Irun a Altzibar por Aitzondo-Col Elurretxe-Red Comète-Bidegorri Arditurri.

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Irún Paseo de Colón
Ayuntamiento.
Bonita escultura.
Ermita de Santa Elena.

Cruzando la autopista.
Ibarla.

Comienza un pequeño "bidegorri".
Sidrería Ola.    Es una ferrería del siglo XIII.


Antiguos hornos de Irugurutzeta.


En la zona de los hornos.
Ascendiendo.



Una poza para el ganado.
Primera "langa" del camino.
En la zona de la "langa".
El pozo anterior.
Comienzan los túneles del antiguo tren minero de tracción animal.

Vista sobre la cascada de Aitzondo.







Cruzamos la regata.


Unas pequeñas ruinas.

Estas otras pertenecen a la zona del coto minero de Meazuri.




Nos desviamos para subir por el antiguo sendero con la tubería a un lado.









Otro cruce de regata.

Curioso puente.




Nevero próximo al collado.


Collado de Elurretxe.

Tomamos la GR-T2 Red Comète.

Unos antiguos "mugarris".
Bonito perfil de Aiako Harria.

No eramos un tren, pero casi.
Primer desvío a la izquierda.
Primer desvío a la derecha.
Aprovechamos la fuente para un buen trago.

Segundo desvío a la izquierda.
Salto de alambrada.


Otro paso de alambrada.
Caserío Sarobe.



Al enlazar con el "bidegorri" de Arditurri un panel informativo sobre la Red Comète.
Avanzamos por el "bidegorri".
Otra fuente.

Para el día de hoy queríamos hacer un recorrido por esta zona visitando las cascadas de Aitzondo y también pasar por la famosa Red Comète, para acabar en la zona de Ergoien o Altzibar, cerca de Oiartzun.

Parecía que el pronóstico del tiempo no era malo y decidimos dar una vuelta comenzando desde la estación de Euskotren de Paseo de Colón en Irún.

Al principio seguimos Camino de Santiago del interior hasta llegar a la zona de la ermita de Santa Elena, poco después abandonamos el Camino de Santiago y cruzamos la autopista para dirigirnos hacia la zona de Ibarla y desde aquí avanzamos por las marcas blancas y verdes del SL-GI-1006 Cascada de Aitzondo.
Pasamos al lado de la Sidrería Ola, que está situada en una antigua ferrería, y continuamos hasta llegar a la zona de los antiguos hornos de Irugurutzeta.

Hornos de Irugurutzeta.

Aiako Harria acoge el sustrato geológico más antiguo de Euskal Herria.
El batolito granítico de Aiako Harria es el resultado del enfriamiento del magma incandescente que ascendió hacia la corteza terrestre hace más de 250 millones de años.
La transformación en la composición de los materiales rocosos aflorados propició la aparición de diversos minerales (plata, zinc, hierro…).
Desde los tiempos de los romanos los minerales de Aiako Harria han sido aprovechados por el hombre.
A comienzos del siglo XX se produjo la mayor actividad minera en los montes de Irun.
De las galerías de Meazuri, Meagorri, Aitzondo y Basakaitz se extraía el carbonato de hierro que era calcinado en los hornos de Irugurutzeta con el fin de convertirlo en óxido y aumentar así su ley metálica.
Y entre las huellas materiales que han llegado a nuestros días, sobresale la batería de hornos de calcinación de Irugurutzeta, situada en el barrio de Meaka, al pie del impresionante desfiladero de Aitzondo, en el marco del Parque Natural de Aiako Harria.
La actividad minera en Aiako Harria se remonta a época romana y en otros tiempos, algunos no tan lejanos, supuso una importante fuente de recursos que dejó su impronta en la vida de Irun y sus gentes.
El mineral de hierro (carbonato férrico) era transportado desde los lugares de extracción (minas de Meazuri, Meagorri, Aitzon-do, Basakaitz…) hasta los hornos mediante convoyes de vagonetas sobre vías de ferrocarril o de forma aérea con un tendido de cables de los que suspendían calderos.

La calcinación perseguía la transformación del carbonato de hierro en óxido y la mejora consecuente de su ley metálica.            Para la combustión se añadían 30 kgs. de carbón por cada tonelada de carbonato, cargando el horno en capas alternas.
A pesar de los diferentes tipos de hornos existentes en Irugurutzeta (circulares, cuadrados, mampuesto, ladrillo…), todos ellos obedecen a una misma función y características: una enorme cámara de calcinación, alimentación superior y bocas inferiores de descarga

En este punto abandonamos el sendero local que se dirige a la base de la cascada y nosotros comenzamos a ascender por un antiguo trazado de la GR-121 Vuelta a Gipuzkoa, que posiblemente en la actualidad no esté en uso.

Continuamos subiendo hasta que llegamos a enlazar con la PR-GI-1012 Vuelta a Meazuri que la utilizamos para seguir por el camino del antiguo tren minero de tracción animal y atravesar varios túneles. 
También podemos contemplar, en la parte baja, la bonita cascada de Aitzondo.

Una vez que llegamos a las ruinas de Meazuri abandonamos la PR y seguimos avanzando por un antiguo camino con una gran tubería a un lado que remonta la regata hasta su parte alta. 
En esta zona el sendero es estrecho y es necesario prestar un poco de cuidado en el avance.

Llegamos a un punto bajo en el bosque donde tenemos que atravesar una regata por un puente muy curioso.              
Este puente está hecho con un buen tronco y pasamanos a los lados. 
Es estrecho y es conveniente sujetarse bien a los pasamanos.
Aquí también enlazamos durante unos pocos metros con el sendero local SL-GI-1005 Ruta de los neveros, que lo abandonamos poco después para continuar subiendo hacia el collado de Elurretxe.

Una vez en el collado enlazamos con la GR-T2 Red Comète y sin dejar la misma descendemos hasta el caserío Sarobe y poco después enlazamos con el "bidegorri" que llega desde Arditurri para acabar en el centro del barrio de Altzibar. 

Red Comète.

La Red Comète, que pasaba a través del Pirineo vasco a pilotos aliados derribados en combate, era perseguida a muerte por la Gestapo, por el Ejército nazi, por la Gendarmería colaboracionista francesa y por la Guardia Civil española.

En total, 288 pilotos aliados atravesaron la muga vasca durante los tres años en que funcionó la Red Comète.
En su mayoría, 176, fueron pasados entre agosto de 1943 y junio de 1944.

¿Extremadamente peligrosas?      Sí, no hay exageración en la expresión: la Red Comète, que pasaba a través del Pirineo vasco a pilotos aliados derribados en combate, era perseguida a muerte por la Gestapo, por el Ejército nazi, por la Gendarmería colaboracionista francesa y por la Guardia Civil española.         
Y hubo muertos, tanto entre los pasadores, los "mugalaris", como entre los pasados.
El lema de la Red Comète, que leemos en las banderas desplegadas hoy en Ziburu, en Sokoa o en Angelu, era ‘Pugna quin percutias’, que se podría traducir por ‘Lucha sin armas’, pero estaba claro que solo una de las partes implicadas practicó esa filosofía.

La historia de la Red Comète empieza en Bruselas, al poco de ser ocupada la capital belga por tropas alemanas.
En el verano de 1940, una joven, Andrée De Jongh, acuerda con un amigo suyo, el ingeniero Arnold Deppé, establecer una vía de fuga para los numerosos soldados británicos que han quedado atrapados en territorio belga al no llegar a Dunkerke.       Llegan a la conclusión de que lo mejor es trasladarlos a Francia, atravesar el hexágono y cruzar finalmente la muga en los Pirineos vascos, para llegar a la ‘España’ neutral.
Pero el primer intento revela un grave fallo; los once evadidos son fácilmente detenidos por la Guardia Civil, que los entrega de vuelta a los alemanes.
Hay que mejorar el plan, y lo hacen entrando en contacto con la Embajada británica en Madrid, que les ofrece financiación y medios de transporte seguros en el Estado español.
Estudian todos los detalles y acuerdan que la red de evasión se especializará en trasladar a pilotos aliados derribados hasta Gibraltar, para que desde allí sean repatriados y puedan volver a combatir.      También simpatizantes republicanos españoles se prestan a colaborar como chóferes de la red a través de la península.


Una vez llegado al lugar donde teníamos pensado comer, nos adentramos en el mismo y les pedimos que nos preparen una mesa para nosotros.         Mientras pedimos un pequeño refrigerio en forma de "chardonnay" fresco, aprovechamos el tiempo para refrescarnos un poco y ponernos cómodos.
Nos sentamos a la mesa con el citado "chardonnay" y degustamos lo siguiente:
-Ensaladilla rusa para la mayoría.
-Pastel de txangurro para el sibarita.
Como segundos, casi tenemos unanimidad:
-Costilla al horno con algunas patatas fritas.
-Filete de ternera poco hecho para otro sibarita.
Postres variados y bastante ricos, cafés y algún "digestive" que otro.
Todo lo anterior perfectamente regado con un Rioja joven de la zona de Rioja Alta que estaba muy bien.


Hemos comenzado a andar desde la estación de Euskotren de Paseo Colón en Irún sobre las 8 horas y 27 minutos y acabado en el centro de Altzibar sobre las 14 horas y 9 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en la travesía ha sido de unas 5 horas y 14 minutos a una media de 3,4 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, agua, cambio de ropa, "hamaiketako", etc., ha sido de unos 36 minutos.
El desnivel total acumulado en ascenso ha sido de unos 730 metros y de 711 metros en descenso.
La longitud de la travesía ha sido de unos 16,3 kms.


El recorrido no tiene mayor dificultad, la única parte que requiere prestar un poco de cuidado es la zona de ascenso por el camino de la tubería donde remontamos la regata.
No es un tramo largo pero requiere prestar un poco más de cuidado que en el resto del recorrido.

Aunque en muchos sitios los senderos y pistas están señalizados,  en otros sitios no está tan claro y además tenemos muchos desvíos y también zonas en las que no hay marcas, por lo que es recomendable la utilización de GPS con un buen "track".

Hemos llegado a Irún a través de Euskotren y vuelto desde Altzibar utilizando la línea E02 de Ekialdebus.

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