Punto de inicio.
Cruzamos un pequeño puente de madera.
Balsa al lado de Sandindegiko borda.
Vista de Sandindegiko borda.
Pistas y senderos entre bonito bosque.
Otra vista del bosque.
Nos adentramos en lo profundo.
Árbol con hábitos micológicos.
Continuamos subiendo por ladera rocosa.
Fuente de Trosketa. Con poca agua.
Otra vista de la fuente y su cruz.
Cruz en la fuente Trosketa.
Entrada a pequeña cueva o sima.
Seguimos por estrechos senderos en el bosque.
En un pequeño claro podemos ver el perfil de Beriain.
Otro panorama hacia el lado de Urbasa.
Continuamos subiendo por una especie de calzada.
Continuamos entre hayas, robles, etc.
El bosque está magnífico.
A veces los senderos se estrechan y se cierran.
Indicadores en Gainolarri.
Otra vista de los indicadores en Gainolarri.
En este punto dejamos la GR y continuamos por la PR-NA-135.
Seguimos por estrechos senderos de bosque y roca.
Árboles de gran porte.
En mitad de un bonito hayedo.
Precioso el entorno.
Intentamos salir de la pista embarrada.
No salimos del bosque.
Borda de Mezeriain.
Letrero de la borda de Mezeriain.
Interior de la borda.
Otro magnífico paraje en el bosque.
Seguimos avanzando.
En este punto nos desviamos hacia la cueva Irutxin.
El entorno es propicio a cuevas y simas.
Entrada a la cueva de Irutxin.
Nos disponemos a entrar.
Inicio de la cueva.
Llegamos a la primera bóveda.
Pequeña entrada hacia otra sala.
Techos de la primera sala.
Otros ejemplos.
Paredes.
Otra parte de la sala.
Paredes.
Volvemos a retomar el camino principal.
Una entrada de otra sima.
Marcas indicadoras de la sima.
Entorno de bosque y rocas.
Entrada de otra cueva.
La entrada desde otra perspectiva.
Una sima bastante profunda.
Zona de la boca de la sima.
Entre árboles y rocas.
Continuamos avanzando.
Seguimos por unos parajes preciosos y con un color otoñal digno de mención.
Caos de rocas y árboles.
Jaula de árboles.
Continuamos para girar y tomar dirección para volver.
Llegamos al entorno de una bonita fuente que se encuentra seca.
Otra vista del entorno de la fuente.
Llegamos a una amplia vista para volver al punto de inicio.
El bosque sigue estando precioso.
Otro ejemplo.
Volvemos a enlazar con la GR con la que avanzaremos unos minutos.
Borda Artabakar.
Letrero de la borda.
En este punto volvemos a abandonar la GR.
Indicador de Herriaren borda.
Herriaren borda.
Otra vista de Herriaren borda.
Continuamos por amplia pista y estamos cerca del punto de inicio.
Color del otoño en el bosque.
Llegando al punto de inicio.
Hemos comenzado a andar en la zona de Sandindegiko erreka, en la que hay varios indicadores de caminos, tanto de la ruta que nos ocupa como de la GR-20 (Vuelta a Aralar).
También es una zona en la que hay bancos y una pequeña borda al lado contrario del panel y de los indicadores.
También se puede iniciar el recorrido desde el pueblo de Arbizu pero esto nos lleva a tomar una pista para cruzar el río y posteriormente cruzar las vías del tren por un pequeño túnel.
Si se dispone de vehículo es preferible comenzar el recorrido desde el punto de los indicadores de Sandindegi.
Hemos comenzado a andar por la pista de la parte derecha, es decir, dirección a Mezeriango borda. Casi desde el principio el camino se inclina y es una constante cuesta aunque muy llevadera.
En primer lugar llegamos a Sandindegiko borda y un poco más arriba pasamos por la fuente de Trosketa (con muy poca agua).
Continuamos avanzando y subiendo y llegamos a un cruce con postes indicadores que se llama Gainolarri.
Un poco más adelante abandonamos la GR-20 y seguimos únicamente por la PR-NA-135.
Seguimos subiendo hasta llegar a la borda de Mezeriain.
Aprovechamos el lugar para comer algo de fruta y algunas galletas y frutos secos y también visitamos el interior de la borda.
Está muy bien equipada, las ventanas y puertas están muy bien terminadas y cuenta con una chimenea central muy bonita.
Está en perfectas condiciones para acoger a varias personas en su interior.
Continuamos dirección Norte y llegamos a un punto en el que nos desviamos a la derecha con intención de visitar la cueva de Irutxin.
Hay un cartel indicador del desvío.
Llegamos a la cueva y sin pensarlo mucho encendemos las linternas y procedemos a su exploración. Es bastante grande y merece la pena su visita.
No tiene grandes dificultades, salvo el riesgo de algún resbalón que otro. Tiene al menos dos grandes salas, pero al no disponer de linternas con suficiente iluminación, no hemos podido disfrutar de la visita como nos hubiese gustado.
Volvemos nuevamente al camino y continuamos subiendo un poco más hasta llegar a la entrada de otra pequeña cueva, que no sabemos cómo se llama, y un poco más adelante nos encontramos con la entrada a una sima bastante profunda.
En este punto ya dejamos de ascender y comenzamos a girar para volver.
Un poco más adelante nos desviamos un poco para llegar a una bonita fuente que desgraciadamente tampoco tiene agua.
Volvemos otra vez al camino y continuamos por senderos de bosque y roca hasta que a la altura de Altxorrotx volvemos a enlazar con el sendero de la GR-20, aunque un poco más adelante volvamos a abandonarlo.
Seguimos bajando y llegamos a la borda de Artabakar y un poco más adelante pasamos por Herriaren borda. Al cabo de unos pocos minutos más llegamos al punto de inicio.
El recorrido transcurre en su totalidad por preciosos bosques de hayas y robles.
Hay momentos en los que se unen las rocas y hacen que el entorno se convierta en algo mágico y espectacular.
Durante el recorrido tenemos pistas amplias, pero sobre todo senderos de montaña con piedra y muchas veces entre rocas.
El camino no tiene ninguna dificultad y además está muy bien señalizado con marcas de PR blancas y amarillas.
De cualquier forma y para mayor seguridad, es conveniente el uso de GPS con un buen "track".
Nos hemos encontrado con dos fuentes en el camino, la primera tenía muy poca agua y la segunda estaba seca.
Una vez en el punto de inicio nos hemos puesto cómodos y después de quitarnos un poco el barro de las botas y de los pantalones nos hemos puesto en marcha hacia el pueblo de Arbizu, con intención de comer algo en el "jatetxe" que previamente habíamos concertado.
El encargado de las llamadas tenía dudas sobre con cuál había quedado, por lo que estuvimos dando unas cuantas vueltas hasta que llegamos al sitio adecuado.
Creo que ha llegado el momento que comencemos a grapar las neuronas que nos quedan a las orejas.
¡No hay otra!
Al final llegamos a un edificio precioso que además era un pequeño hotel. Nos recibieron muy bien y además ya tenían preparada una mesa para nosotros.
Después de un blanco "chardonnay", que estaba muy rico, nos dispusimos a dar buena cuenta de todo aquello que nos pusiesen por delante.
Aunque en la actualidad el "chardonnay" se cultiva en todas partes donde hay vino, este tipo de uva de piel verde es originaria de la región de Borgoña.
(Este apunte es para el cumplimiento "trifásico" de la excursión:
Deportiva, gastronómica y cultural).
Una vez acomodados en la mesa comenzamos a degustar lo siguiente:
-Ensaladas mixtas muy bien preparadas y también un buen plato de lentejas con algunas guindillas.
-Como segundos tuvimos casi de todo: Antxoas enharinadas y fritas, bacalao con tomate y un guiso de codillo. Los del codillo no quedaron muy satisfechos, el resto creo que sí.
Unos postres variados, café y los respectivos espirituosos.
Todo lo anterior estuvo perfectamente regado con un tinto navarro que no desmereció.
Hemos comenzado a andar sobre las 8 horas y 45 minutos y acabado en el mismo punto sobre las 14 horas y 25 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en el recorrido ha sido de unas 4 horas y 15 minutos a una media de 3,2 kms./hora.
El tiempo dedicado a descansos, fotos, agua, "hamaiketako", etc., ha sido de 1 hora y 23 minutos.
El desnivel total acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 739 metros.
La longitud total del recorrido ha sido de unos 13,9 kms.
Hemos llegado al pueblo de Arbizu desde Donostia a través de la N-I, después la AP-15 hasta Irurtzun y allí la A-10 hasta llegar a Arbizu.
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