Salimos del refugio de Fanes con lluvia.
A veces para un poco para luego continuar con más fuerza.
Pequeña capilla con sorpresa.
Lago Piciodel.
Curiosa talla en el árbol.
Los senderos son buenos.
Llegamos a un bonito río.
Refugio Pederu en el fondo del valle.
Nos toca subir como siempre.
Bonitos senderos en el bosque.
Indicador de proximidad del refugio.
Al fondo vemos el refugio.
Entorno de bordas en el que está el refugio.
Refugio de Sennes.
Comenzamos a andar con lluvia. El tiempo no anunciaba nada bueno y aunque la lluvia no era excesiva al cabo del día nos mojamos lo suficiente como para tener que dejar colgando parte de nuestra ropa, a secar.
Hemos podido avanzar rápido porque hemos ido casi todo el recorrido por pistas de tierra pisada que nos ha permitido realizar una buena media.
Teniendo en cuenta la "meteo" hemos variado algo el camino original ya que en lugar de ir por la ruta 7 hasta la zona del refugio Pederu, hemos bajado por la pista del fondo del valle, pasando al lado del lago Piciodel.
Una vez en Pederu retomamos la ruta 7 para subir hasta cerca de Fodara Vedla y continuando por la pista, llegar hasta el refugio Sennes.
Al comienzo de la bajada nos paramos al lado de una pequeña capilla de madera con un banco a su lado y nos encontramos con una sorpresa: Al lado del banco había una cartera que contenía documentos y tarjetas de crédito. Parece ser que su propietario era un tal Martin. Incluso la propia cartera tenía grabada en la parte exterior ese nombre. A los pocos minutos apareció un pequeño camión de bomberos y un chico joven preguntando por una cartera (le llamó portafolio). Después de las preguntas de rigor para cerciorarnos de que era el verdadero Martin, le hicimos entrega de la misma y el pobre hombre quedó muy aliviado y agradecido. Incluso se ofreció bajarnos en el camión. Le agradecimos su invitación y continuamos nuestro camino.
Nos duró bastante rato la conversación sobre la cartera y las diferentes conjeturas sobre cómo la había podido perder. No creí que podría haber tantas maneras de poder perder una cartera. ¡Qué barbaridad!
Bonito refugio, estilo similar a los anteriores y la cultura alemana cada vez más acentuada.
Ha sido una etapa que la hemos hecho corta pero mojada.
Incluso tenemos pocas fotos ya que no apetecía mucho sacar la cámara.
Como llegamos temprano aprovechamos la oportunidad para comer algo. Sobre las 12,30 horas nos pusieron un plato repleto de patatas estilo panadera, encima lonchas finas de jamón y para tapar las lonchas huevos fritos. Dimos buena cuenta del plato pero hay que reconocer que era contundente y como para saciar a tres pelotones de soldados austríacos.
Un poco de lectura, un poco de siesta y contemplar como llovía, hizo que llegase casi sin darnos cuenta la hora de la cena.
Nos sirvieron lo siguiente: Pasta con pesto y también con tomate, un poco de ensalada de berza y para acabar un escalope descomunal con patatas fritas, además del consabido postre.
Menos mal que pudimos acompañar tan sensacional cena con suficiente Merlot, de lo contrario hubiese sido terrible.
Habíamos comido y cenado suficiente como para continuar en ayunas los días de travesía que nos faltaban.
Hemos salido del refugio de Fanes sobre las 7 horas y 30 minutos y llegamos a Fanes sobre las 10 horas y 45 minutos.
El tiempo efectivo realizado en la travesía ha sido de unas 2 horas y 30 minutos, a una media de 4,4 kms./hora.
El tiempo dedicado a descansos, pero sobre todo al incidente de la cartera, ha sido de unos 45 minutos.
El desnivel total acumulado en ascenso ha sido de unos 1.122 m. y de 1.034 m. en descenso.
La longitud total de la travesía ha sido de unos 12 kms.
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