Iniciando camino de subida hacia el embalse de Ibiur.
Llegando a Orendain.
Esta vez con la presencia de Iñaki que nos amenizó la excursión y también con la reincorporación de Joxean, después de su periplo veraniego.
Quedamos citados en las diferentes estaciones con intención de coger el tren de cercanías que sobre las 7,30 horas nos lleva hasta Ikaztegieta, donde llegamos sobre las 8,15 horas.
Después de prepararnos un poco en la misma estación y mirar el cielo nos pusimos en camino con dirección al embalse de Ibiur. Este embalse es el último construido en Gipuzkoa y se terminó de llenar hace un par de años, como mucho. Con este embalse se completa la infraestructura guipuzcoana del agua, ya que todos o la mayoría de ellos están intercomunicados para así poder garantizar el suministro a cualquier zona o población.
Al salir de la estación nos preguntaron hacia dónde nos dirigíamos, ya que pensaron que estábamos perdidos. Le agradecimos la intención y continuamos el camino. Cuando nos desviamos para subir al embalse, un señor en moto nos hizo una seña y nos pidió que parásemos para preguntarnos hacia dónde íbamos, por si nos habíamos perdido. La verdad es que o nos encontramos con las personas más amables del pueblo o teníamos un "careto" de no saber por dónde nos daba el aire de mucho preocupar.
También es verdad que somos bastantes despistados y nos confundimos con regularidad, pero siempre conseguimos volver a la buena senda y continuar nuestro camino. Lo de este día es significativo, por lo que creo que deberíamos hacernos mirar por alguno de los muchos "enterados" que circundan este mundo.
!En fin¡ !Un brindis por la amabilidad de los habitantes de Ikaztegieta¡
Seguimos nuestro camino sin más contratiempos hasta que llegamos a un caserío del que nos salieron entre 300 ó 400 perros, sin exagerar, y comenzaron a rodearnos y a adoptar posturas de ataque. Menos mal que no eran del tamaño de un mastín, sino más bien del tipo ratonero muerde-tobillos, pero para darnos guerra ya es suficiente. Esquivándoles como pudimos y esgrimiendo los bastones a modo de amenaza, conseguimos atravesar el caserío y al rato observamos que el "nagusi" sale a la ventana y nos pregunta que a dónde nos dirigíamos. Le explicamos el tema, nos indicó la dirección correcta, llamó a los perros, que por cierto no le hicieron mucho caso y nosotros continuamos camino hasta el embalse sin perder de vista la jauría.
Llegamos al embalse y después de cruzar al lado contrario por la pared de la presa, sacar las consabidas fotos y volver a mirar al cielo, seguimos adelante con intención de bordear el embalse. En un punto de la pista vimos un sendero que indicaba Herri bidea pero parece se dirigía hacia Gaintza o Baliarrain, por lo que lo dejamos y seguimos hacia adelante. Después de pasar la cola del embalse y un poco más adelante tomamos un desvío sin marca alguna que debería llevarnos a Orendain. Al principio el sendero estaba practicable pero poco a poco se fue cerrando de manera que necesitamos machetes para poder avanzar entre tantas zarzas. Por la falta de uso el sendero se había cerrado por lo que tuvimos que intentar otra alternativa. Nos pareció bien otro sendero bastante limpio y que podría llevarnos a Orendain por otra parte y lo tomamos, pero al poco tiempo nos pasó lo mismo que con el anterior y tampoco pudimos avanzar. Estábamos rodeados de zarzas por todas partes menos por una y en ésta teníamos una buena alambrada. Al final y después de una rápida asamblea decidimos subir ladera arriba por el bosque hasta alcanzar el caserío Abalegi y desde allí y por una pista amplia llegamos al pueblo de Orendain. En esta ocasión también tuvimos que atravesar alambradas y esta vez sí echamos en falta el no tener a mano una buena cizalla.
Una vez en el pueblo nos dirigimos a la ermita de San Sebastián donde nos quedamos con intención de beber algo de agua y comer fruta y algunos frutos secos, aunque Iñaki nos sorprendió con un trozo de queso de Lizarraga. Después de dar buena cuenta de todo lo que se nos puso por delante volvimos al pueblo y continuamos camino, pero esta vez en bajada dirección Alegia. A la salida del pueblo también nos preguntaron a dónde íbamos y lo mismo que las anteriores veces, pero esta vez nos dijo que por allí no podríamos bajar a Alegia, pero sí a Ikaztegieta. Lo mejor que podíamos hacer para bajar a Alegia era tomar la carretera. Este era un "mayorazgo" con estudios. Le comentamos que ya tomaríamos un camino que nos condujese a Alegia, que la carretera para los coches. Seguimos bajando y llegamos al caserío Zain, curioso por su granero y características del mismo, así como la zona de la leñera, etc.
Ya cerca del pueblo de Alegia tuvimos que atravesar un bosque de pinos que también estaba bastante cerrado y también tuvimos que luchar un rato con las zarzas, pero al final conseguimos salir y poco a poco alcanzamos el pueblo pasando al lado de su puente medieval y el monumento al "txintxarri".
De allí a la plaza y al primer bar, que en este caso era el Hogar del Jubilado. Les preguntamos si podíamos comer allí pero nos contestaron que únicamente era para jubilados del pueblo aunque ya teníamos "pinta" de jubilados y también de necesitados, pero que nos dirigiésemos al bar de al lado. Allí fuimos y nos sentamos a la mesa con intención de un buen menú del día. El tema resultó un poco escaso aunque bastante divertido por la simpatía de las que nos sirvieron: Madre e hija portuguesas y con gran sentido del humor. Nos pusieron lo siguiente:
-Ensaladas mixtas y coliflor viuda.
-Lomo y pechugas rebozadas con patatas fritas.
-Postres variados, vino, gaseosa, cafés y un poco de agua bendita.
No fue nada del otro jueves, pero bueno, teníamos apetito.
De allí nos dirigimos a la estación y nos encontramos con un trágico suceso. Sobre las vías se encontraba el cuerpo de una persona tapado con una sábana a la espera del juez de turno. No sabemos si ha sido accidente o suicidio. En cualquiera de los dos casos, es una auténtica pena.
Los trenes sólo circulaban por una vía, pero así y todo no tardó mucho en llegar y de esta manera llegamos cada uno a nuestros respectivos domicilios.
Una travesía bonita aunque un tanto accidentada.
Hemos comenzado a andar en la estación de Ikaztegieta sobre las 8 horas y 20 minutos y terminado en el centro del pueblo de Alegia sobre las 13 horas y 35 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en la travesía ha sido de unas 4 horas y 5 minutos a una media de 3,9 kms./hora.
El tiempo dedicado a descansos, fotos, "hamaiketako", etc., ha sido de 1 hora y 10 minutos.
El desnivel total acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 860 metros.
La longitud total de la travesía ha sido de unos 16,3 kms.
No hay comentarios:
Publicar un comentario