Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

(20120926) Circular Mandubia-Txoritegi-Larrarte-Murumendi-Mandubia.

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Vista sobre el embalse de Arriarán.
Iniciando camino en Mandubia.
Ermita de San Gregorio.
En la cima y al lado de los restos del dolmen de Txoritegi.
Estamos dando fe de la llegada a la cumbre.
Los restos del dolmen de Txoritegi.
Panorámica sobre Larrunarri y Aralar.
Pastoreando al lado del dolmen de Larrarte.
Fuente de Arrapaitz.
En la cima de Murumendi.
Homenaje a Luis Pedro Peña Santiago.
Panorámica sobre Izarraitz y la costa desde Murumendi.
Erlo y Azpeitia un poco más cerca, vistos desde Murumendi.
Buzón de Murumendi.
Senderos por la zona de Ekuneta.
Unas muestras.
Otro sendero cerca de Txoritegi.
¿Dolmen reconstruido en Mandubia?

Teníamos dudas con el tiempo y también ganas de dar una vuelta por la zona del Murumendi.       Localizamos una ruta para subir a Murumendi y dar una vuelta por los alrededores, pero sin que fuese excesivamente larga, ya que era un día un tanto especial y teníamos unas ligeras dudas.
Nos pusimos en marcha temprano de forma que llegamos al alto de Mandubia con tiempo para dar una vuelta alrededor, calzarnos y comenzar la marcha.
El que suscribe el día anterior recogió unas plantillas para los pies, a las cuales les habían hecho unas pequeñas modificaciones.      Sin mayor problema introdujo las plantillas en las botas y a continuación se calzó.      La sensación era un poco extraña.     Estrechez en las botas y molestias pero no le dio más importancia pensando que sería debido a la modificación de las plantillas.      
Iniciamos el recorrido y llegamos a la ermita de San Gregorio, después subimos a la zona de Txoritegi para bajar por el otro lado y llegar hasta el dolmen de Larrarte.       
Para entonces las sensaciones extrañas se habían convertido en auténticas molestias, no en un solo pie (el malo, por así decirlo), sino en los dos.       Ya un poco más preocupado seguimos nuestro camino y comenzamos la subida a Murumendi.        En la cima aprovechamos para sacar fotos (el día estaba precioso) y también para comer algo de fruta y también frutos secos.         En la cima nos juntamos con bastante gente que había subido por otros caminos, desde Beasain y también desde Ordizia.     
Después del "hamaiketako" comenzamos a bajar en dirección a Pagorriaga.       Según bajamos y siendo consciente que, de las molestias en los pies se había pasado a dolor auténtico, comienzo a pensar en la posibilidad de que no me hubiese quitado las plantillas de las propias botas, lo que justificaría el dolor que tenía debido a la opresión constante de tener dobles plantillas.        Ese pensamiento lo borré enseguida ya que en casa había visto las plantillas fuera de las botas.          Seguimos bajando y el dolor de los pies continuaba creciendo.      Al final me senté y decidí verificar la posibilidad del error de las dobles plantillas.
Cual sería mi sorpresa cuando veo que tenía otras plantillas dentro de las botas, además de las nuevas.
No entendía lo que había pasado y estuve llamándome tonto durante media hora por no haber comprobado las botas antes de calzarme.   
Bastante mejor,  aunque con los pies muy castigados y con mucho dolor, dimos la vuelta por la zona de Ekuneta y volvimos a Mandubia intentando recoger "gibelurdiñas" y "galanpernas" por el camino.
Al final,  cojeando,  conseguí llegar al coche donde pude descalzarme y ponerme unas sandalias para alivio de mis martirizados pies.  
Vimos que la "benta" estaba abierta por lo que fuimos como rayos con intención de comer algún menú del día,  maravilloso.       Nos agasajaron con lo siguiente:
-Ensaladas del oeste de los Montes Urales.
-Txipirones con cebolla caramelizada y escalope con patatas fritas.
-Como postres torrijas con helado y tarta de queso con frutos del bosque.
Cafés con algo de agua bendita.
Todo lo anterior perfectamente regado con un vino joven, marca propia, es decir, era muy propia la marca.
Después de una pequeña sobremesa nos pusimos en marcha con intención de volver a nuestros puntos de origen.
Durante el trayecto de vuelta,  el que suscribe todavía continuaba llamándose tonto cada 15 minutos.

Hemos comenzado a andar en el alto de Mandubia sobre las 8,30 horas y terminado en el mismo sitio sobre las 13,30 horas.
El tiempo efectivo utilizado en la excursión ha sido de 3 horas y 25 minutos, a una media de 3,5 kms./hora.
El tiempo dedicados a descansos, fotos, "hamaiketako", etc., ha sido de 1 hora y 35 minutos.
El desnivel total acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 562 metros.
La longitud total del recorrido ha sido de unos 12,8 kms.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

(20120919) Circular Guardetxe-Errenaga-Intzako Torrea-Beloki-Albi-Guardetxe.

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Inicio del camino en Guardetxe.
Vistas de la primera sima.
Dolmen en el árbol.
Zona de Pagomari.
Hacia Errenaga.
Segunda sima.
Ermita de Errenaga o Igaratza.
Zona de Errenaga.
Interior ermita.
Fuente de Errenaga.
Postes indicadores.
Detalle de los indicadores.
Otro de los múltiples dolmenes.
Cima de Intzako Torrea o Irumugarrieta.
Buzón de Intzako Torrea.
Placa del Club de Montaña de Añorga.
Posando en Intzako Torrea.
Flecha indicadora de desviación dentro del caos de piedras.
Piedras por todas partes y además un poco de niebla.
Mojón indicador de dolmen.
Pozo de Unaga.
Panorama.
Majadas hacia Beloki.
Más pasto.
Un poco más pasto y con nubes amenazantes.
Buzón de Beloki.
En Beloki.
Estamos todos.
Dolmen de Albi.

La semana pasada comentamos que sería interesante realizar una vuelta por Aralar parecida a la que hemos hecho, por lo que nos planteamos la posibilidad de realizarla y como único problema estaba el pronóstico de la "meteo".        En principio Eolo, Mari, Thor, Odin, tres Lamias y Pello Zabala de Arantzazu no habían pronosticado excesivamente malo, por lo que nos animamos para dirigirnos al punto de inicio de la excursión:    Guardetxe en la carretera de Lekunberri a San Miguel de Aralar.
Quedamos citados a una hora temprana (sobre las 7,30 horas) y nos pusimos en camino hacia el punto de inicio.       En este caso solamente estábamos el 50 % de Laukoak, el otro 50 % está disfrutando de unas bien merecidas vacaciones.
Una vez en Guardetxe vemos que el tiempo no está muy prometedor y la temperatura tampoco está para echar cohetes, ya que hace más bien frío.        Nos calzamos y abrigamos bien y comenzamos nuestra andadura.      La intención era llegar a Errenaga por la ruta más rápida posible y desde allí intentar encontrar un camino lo más directo posible hasta Intzako Torrea.    Posteriormente subir a Kurutzeaga y bajar un poco para volver a subir a Beloki y por el camino de Albi volver al punto de partida.
Hasta Errenaga no hubo problemas, el tiempo era bastante fresco, el camino amplio y sin dificultad y de vez en cuando notábamos un poco de "sirimiri".        Nos paramos en la zona de la ermita y en la fuente y después de contemplar todos los postes indicadores iniciamos camino de subida.        Entre que nos empeñamos en tomar una PR que sube hasta la cima (por cierto, se pierden las marcas enseguida) y  la niebla que cada vez era más densa,  nos fuimos desplazando hacia la derecha intentando encontrar un sendero decente.      Ya que la niebla seguía siendo persistente decidimos pararnos un rato para comer algo de fruta y algunos frutos secos, así como unos cuantos tragos de agua.       Nos vino bastante bien ya que al cabo de bastante rato decidimos retroceder y ponernos a buscar el sendero clásico, indicado con marcas rojas.     Al final lo encontramos y subimos hasta la alambrada de la cresta.        Nos dimos cuenta que nos habíamos desviado pero todavía no podíamos ver la cima.       Por la cresta comenzamos a retroceder hasta llegar a ver la típica cima de Intzako Torrea o Irumugarrieta, con su bloque de piedra y los restos del vértice geodésico.      Una vez arriba nos sacamos las fotos de rigor y comenzamos a volver por nuestros pasos pero intentando no perder las marcas rojas, con intención de bajar, paralelamente al cresterío,  en dirección a la pista del fondo, ya que para esos momentos ya habíamos desestimado subir a Kurutzeaga.  
Llegamos a la pista y después de pasar por el Pozo Unaga nos dirigimos al Beloki y comenzamos la subida en directo.      Después de las fotos de rigor comenzamos a bajar en dirección a la pequeña vaguada que nos conduciría a la zona de Albi.       Cuando estábamos a punto de adentrarnos en el bosque oímos un grito llamándonos y haciéndonos señas para que nos parásemos.         Era un pastor con "makila" y perro.      Le esperamos hasta que llega a nuestra altura y nos pregunta si hemos subido por este mismo camino y si es así si hemos visto unas cuantas vacas, ya que no las encuentra.        Le comentamos que estamos dando una vuelta completa y que por el camino que venimos no hemos visto vacas;  ovejas, caballos y demás sí, pero vacas ninguna.       A unos se les pierden las llaves y a otros las vacas.        !Este mundo es así¡
Continuamos el sendero entre bosques y piedras y poco a poco llegamos a la zona del dolmen de Albi y desde allí y por caminos al borde de la carretera llegamos al punto de partida.
Teniendo en cuenta que el tiempo todavía no era muy bueno, decidimos subir hasta el santuario ya que allí tienen un pequeño "aterpe" con mesas y bancos y está protegido del viento.       Al llegar a la zona vemos que el bar-restaurante está abierto y además nos dicen que pueden darnos de comer.      Sin dudarlo dos veces nos sentamos a la mesa y damos buena cuenta de lo siguiente:
-Un hermoso plato de "potxas" con un poco de pimiento verde, otro poco de tomate, algo de tocino y otro poco de chorizo.         ¡Estaban para enmarcar!
-A continuación jarrete de cordero y carrilleras al vino tinto con patatas panadera.         !Digno de mención¡
Acabamos el menú con sendos "gatzatoak" semi-industrial y después un poco de café y algo de agua bendita.
La comida anterior estuvo perfectamente regada con un tinto de Olite que se dejaba beber y a temperatura ambiente.     Era afrutado y elegante en boca.
Una vez disfrutado de la excursión, la comida y la compañía iniciamos la vuelta a nuestros respectivos domicilios. 

Hemos comenzado a andar en el parking de Guardetxe sobre las 8,30 horas y terminado en el mismo sitio sobre las 15 horas y 5 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en la excursión ha sido de 5 horas y 25 minutos, a una media de 3,4 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, descansos, "hamaiketako", etc., ha sido de 1 hora y 10 minutos.
El desnivel acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 739 metros.
La longitud total del recorrido ha sido de 18,7 kms.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

(20120912) Circuito por yacimientos megalíticos en el valle del Urumea.

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Nieblas en el valle.
Sagastieta.
Dolmen de Sagastieta.
Vértice de Axola txarra.
Posando en Axola txarra.
Akola I.
Dolmen de Akola I.
Dolmen de Akola II.
Akola II.
Arritxieta.
Dolmen de Arritxieta.
Urdaburu entre niebla.
Una casa perlada.
Dolmen de Igoin.
Postes indicadores.
Igoin I.
Bonitos senderos en el bosque.
Vistas sobre Txoritokieta y San Marcos.
Nos visitó una bonita salamandra.
Entrada a la pequeña cueva de Aitzpitarte.
Un detalle de la estrecha entrada.
Entrada a Aitzpitarte IV.
Galerías interiores.
Explicaciones en el interior.
Vista de la entrada.
Dormitorios intermedios.
Al fondo a la derecha.
En vista que el pronóstico del tiempo no era muy bueno decidimos quedarnos cerca de casa y aprovechar para recorrer una zona que no la conocíamos en su totalidad y la parte conocida la teníamos muy olvidada por el paso del tiempo.          !Hombre¡      El tiempo tiene su culpa pero que vamos perdiendo neuronas por las esquinas................, también es cierto.
Quedamos citados en los lugares de costumbre un poco más tarde que lo habitual ya que el tiempo no era nada apacible y tampoco teníamos tanta prisa.      Debíamos encontrar una pista que nos subiese hasta la zona de Larregain, en la que hay una sidrería con el mismo nombre, pero no teníamos muy claro cual podía ser la pista.           En un primer momento nos metimos por un acceso cercano a un restaurante, pero nos dimos cuenta que no era el que pretendíamos, por lo que tuvimos que bajar y seguir un poco más por la carretera hasta acertar con la pista adecuada.          Esta pista se encuentra a la izquierda de la carretera en sentido Hernani-Goizueta, después de pasar Epele y antes de Fagollaga y tiene un indicador de sidrería Larre-gain.       A lado de la sidrería hay sitio para poder aparcar.
En ningún momento dejó de llover y a pesar de todo nos pusimos en marcha con intención de visitar el mayor número posible de dolmenes o cualquier otro tipo de yacimiento.
Pronto comenzamos a ver los primeros, que están perfectamente señalizados,  después subimos a la cima de Axola txarra que no tiene buzón pero sí un vértice geodésico.      Continuamos contemplando  yacimientos megalíticos y todavía seguíamos con niebla y lluvia.         En un punto del camino y en zona de bosque de pinos nos encontramos con que el sendero estaba totalmente cerrado por zarzas y helechos, con lo que tuvimos que bajar por la ladera, sin perder de vista la cerca, con intención de llegar a otro sendero que estaba más abajo y de esta forma poder retomar el camino que pretendíamos.       El resto del camino no presentó ninguna dificultad, salvo la atención que poníamos debido a lo resbaladizo del terreno.
Después de una pequeña parada para el "hamaiketako" continuamos hasta llegar a las cuevas de Aitzpitarte,  que también se las conoce como cuevas de Landarbaso.       Primero y después de cruzar una pequeña "erreka" visitamos la pequeña,  cuya entrada estaba totalmente enrejada.     Volvimos al camino y un poco más adelante (está indicado) hay un desvío que conduce a la cueva grande o Aitzpitarte IV.       La entrada es muy grande y su acceso es sencillo aunque resbaladizo.       Con unas pequeñas linternas nos adentramos al interior con ánimo de investigación.       Después de un pequeño debate sobre los miles de años AC que habrían pasado desde que estas cuevas estuvieron habitadas,  comenzamos a investigar las diferentes dependencias.      Conseguimos distinguir (en nuestra imaginación) las salas principales, la cocina, la habitación principal, las salas auxiliares y el WC.       Después de unos cuantos resbalones, varias fotos, otras cuantas observaciones jocosas más, conseguimos salir sin perdernos y sin GPS.        La verdad es que merece la pena visitarla, eso sí, con buena iluminación ya que posiblemente podamos adentrarnos en ella unos 200 metros, aproximádamente.
La lluvia había parado y la niebla desaparecía por momentos y nosotros pensando que al final podríamos ver algo despejado.    Nos quitamos la ropa de lluvia y continuamos camino por unos senderos muy bonitos entre bosques.       Poco duró nuestra alegría ya que rápidamente tuvimos que volver a ponernos la ropa de agua.      El terreno estaba muy resbaladizo y de tanto mirar al suelo para evitar tropezarnos,  cogimos unas cuantas "gibelurdiñas" y también pudimos sacar unas fotos a una salamandra, pero eso sí, no encontramos ningún "rolex".      Disfrutando del camino y comentando entre nosotros que esta vuelta la tenemos que repetir con buen tiempo................., llegamos al punto de inicio.
Seguía lloviendo y nuestro estómago rugiendo por lo que nos dirigimos rápidamente al restaurante que habíamos visto por la mañana ya que la sidrería que teníamos al lado solo abría en temporada.         Llegamos al restaurante y nos sentamos a una mesa para poder dar rienda suelta y satisfacer nuestros apetitos.       Bueno, a estas alturas nos basta con satisfacer un apetito.
Nuestro menú consistió en lo siguiente:
Ensalada de jamón y queso por una parte y una especie de panaché de verduras con hojaldre.
No se merecía el aprobado.
Para continuar todos pedimos costilla de cerdo al horno, pero solo quedaba una ración.     Pedimos una y los demás filetes de sajonia (a saber de qué están hechos) y muslo de pavo (o avestruz).
Raciones escasas y con poco esmero.
Postres normales aunque en la misma línea.       El vino era un tinto joven Rioja a base de tempranillo que no estaba mal del todo y eso que estaba a temperatura ambiente.
Para terminar unos cafés con agua bendita, salvo para el conductor.
Desde allí nos pusimos en marcha con intención de volver a nuestros respectivos domicilios, lo que hicimos sin tardanza y sin dejar de llover.

Hemos comenzado a andar cerca del KM 4 de la carretera Hernani-Goizueta y después de Epele, sobre las 8 horas y 5 minutos y acabado en la zona de la sidrería Larregain sobre las 13 horas y 55 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en el recorrido ha sido de unas 3 horas y 25 minutos a una media de 4,4 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, "hamaiketako", visita a cuevas, etc., etc., ha sido de 2 horas y 30 minutos.
El desnivel total acumulado en ascenso ha sido de unos 705 metros y de unos 545 metros en descenso.
La longitud total del recorrido ha sido de unos 15,6 kms.