Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

martes, 16 de noviembre de 2010

(20101116) De Loiola a Zumarraga por GR-120.

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Vista general del santuario de Loiola.
Iniciando el camino dirección a La Antigua.
Otra vista del santuario, esta vez con bicho.
Aunque estaba muy nublado, al fondo se aprecia un poco de sol.
Buscando setas.
Buscando el sol.
Una antigua calera entre la lluvia.
Parece que ha dejado de llover y comenzamos a ver fuentes.
Bonito sendero en el bosque.
Un ejemplo de aquellas que no cogimos.
Otro ejemplo más.
Parece que quiere levantar el tiempo pero no se decide.
Teniendo en cuenta el agua que había caído desde el domingo, esto es un buen ejemplo de una bonita "erreka".
Otra fuente.
La misma fuente totalmente desbordada.
Llegando a un pequeño collado.
En un bonito sendero continuamos buscando el sol.
No nos faltaron postes indicadores.
A la vista La Antigua.
Vista desde atrás.
Entrada principal.
Vista general de Zumarraga.
Otra vista general de La Antigua.
Y seguimos buscando el sol.
Nuestros ligues de hoy.
La semana pasada teníamos previsto realizar esta travesía pero las inclemencias del tiempo nos lo impidieron. En su lugar tuvimos que realizar un paseo por asfalto, que no viene al caso.
Teniendo en cuenta la previsión de la "meteo" para toda esta semana decidimos cambiar el día y adelantarlo al martes, ya que era el mejor día de todos y encima tampoco era nada del otro mundo, ya que nos llovió un poco y vimos muy poco sol.
Cogimos el autobús de La Guipuzcoana que desde Donostia nos llevó a Loiola. Llegó con algo de retraso y pudimos comenzar a andar sobre las 9 horas.
El tiempo estaba bastante nublado pero no llovía.
!Algo es algo¡
No parecía demasiado amenazante por lo que nos pusimos en camino.
La travesía está muy bien marcada con rayas rojas y blancas de la GR-120. La mayor parte del recorrido transcurre por pistas forestales que en muchos casos están cementadas, por lo que no tuvimos problemas de barro.
Pasamos en frente del santuario y después al lado del famoso Hotel Arrupe, lugar dedicado a la espiritualidad y también a grandes negociaciones políticas.
El camino pronto comienza a subir con intención de superar las diferentes laderas que nos conduzcan hacia la zona de Zumárraga y Urretxu.
Cerca de una antigua calera comienza a llover y nos metemos en una pequeña borda con intención de ponernos la ropa de agua y sacar los respectivos paraguas.
Una vez protegidos contra la lluvia continuamos el camino. La lluvia se hace un poco intermitente durante cerca de una hora y posteriormente deja de llover hasta llegar a La Antigua, donde nos vuelve a recordar quién manda.
Seguimos el camino entre bosques y de vez en cuando echamos un vistazo a los alrededores por si vemos algo. Entre una cosa y otra ya hemos recogido media docena de níscalos recién salidos y un hongo de gran rabo.
En total para un capricho que en este caso me ha tocado a mí.
!Gracias¡
Durante todo el recorrido vemos un exceso de agua en la tierra, rebosa por todas partes, se nota que ha recibido más de la que puede filtrar.
Seguimos entre diferentes tipos de bosques y de vez en cuando oímos tiros y también nos hemos cruzado con un cazador con sus dos perros que nos dice que no ha visto nada.
Nosotros, en el fondo, nos alegramos.
Pasamos al lado de unos puestos de caza y constatamos, una vez más, la ecología del cazador en general: Vainas de cartuchos por todas partes, botellas tiradas, restos de latas, plásticos, etc.
Todo esto no hace más que confirmar la opinión que tenemos de los cazadores en general:
La mayoría son unos "escopeteros" que suben a los puestos en sus 4 x 4 y se ponen "ciegos" a comer y beber, dejando todos los restos abandonados, como el peor de los "domingueros".
Sin más continuamos camino, sin perder de vista las zonas de posibles setas para evitar perdernos alguna. Teniendo en cuenta la cantidad de agua caída, hemos encontrado bastantes.
Llegamos a un punto en el que comenzamos a bajar hacia la zona de La Antigua. Teniendo en cuenta la hora pensamos en comer en el restaurante que está al lado de la iglesia, si está abierto, y de lo contrario en las mesas que abundan alrededor y aprovechando las viandas que llevamos habitualmente.
Al llegar a La Antigua vemos que el bar está cerrado y encima comienza a caer algo de lluvia, por lo que decidimos continuar bajando hasta el pueblo y allí meternos en el primer bar que encontremos.
Llegamos al pueblo y al lado de la plaza del ayuntamiento nos metemos en un bar al lado del "batzoki". Vamos al comedor y vemos que hay muchas mesas libres e intentamos sentarnos. En ese momento sale la camarera y con una cara entre angustia y pena nos dice que tiene algunas personas esperando en la barra y que además no sabe si tendrán comida suficiente.
En vista del éxito y de las ganas de trabajar que tenían en el bar citado, salimos con intención de buscar otro bar para poder comer. A la salida nos encontramos con dos "chicas" que les había pasado lo mismo, pero como eran de la zona les decimos que si podemos ir con ellas, ya que no conocemos bares para poder comer.
Según dicen, encantadas de la vida por conocernos y además una de ellas le dice a otra amiga que ya han "ligado".
En unos pocos metros nos metemos en otro bar y está vez y sin grandes problemas nos sirven un menú del día que estaba bastante bien:
-Pencas de acelga rebozadas y en salsa y también una buena "perola" de garbanzos.
-Albóndigas en salsa y sepia en su tinta con un poco de arroz.
-Un poco de queso de postre y todo ello regado con tinto y gaseosa. (Muy recomendable la mezcla, ya que el tinto estaba "muy frío".)
Después de esto un poco de café y unas gotas de agua bendita.
Un poco de sobremesa con las chicas, que además llaman a una tercera para "fardar" del ligue que habían hecho.
En el fondo nos vino muy bien para elevar nuestra autoestima.
Todas tenían hijos y además les gustaban más los hijos que los maridos, pero no por ser sus maridos sino porque eran hombres.
En fin, hicimos unas risas y posteriormente nos separamos para dirigirnos a la estación y coger el tren que nos trajo de vuelta a Donostia.
Hemos empezado a andar enfrente del Santuario de Loiola sobre las 9 horas y hemos terminado cerca de la plaza de Iparraguirre, en Urretxu, sobre las 14,30 horas.
El tiempo efectivo que hemos utilizado en la travesía ha sido de 4 horas y 30 minutos, a una media de 3,7 kms./hora.
El tiempo dedicado a "hamaiketako", fotos, descansos y recogida de setas, ha sido de una hora, aproximádamente.
La longitud total de la travesía ha sido de 16,8 kms.
El desnivel acumulado en ascenso ha sido de 774 metros y en descenso de 519 metros.

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