Inicio de la excursión.
Collado de Lizarieta en Palomeras de Etxalar.
Uno de los múltiples mugarris fronterizos.
Torre de piedra para vigilancia del pase de palomas.
Parece una zona clave, como si fuese un núcleo viario importante.
Fuente de las palomas, eso sí, sin agua. Los de la borda de al lado ya se ocuparán de abrir y cerrar la llave de paso de la fuente.
Unos de los múltiples senderos entre bosques.
Aitxuri entre nubes.
Asamblea para la toma de decisiones sobre la mejor forma de acometer la cumbre.
Al final nos decidimos por bordear la cumbre e iniciar la subida por la cara norte.
En el primer portillo junto a un pequeño "cairn".
¿Es un "cairn" o las ruinas de un castro?
Este fue el comité de recepción.
No tenían mucho problema en compartir la cima con nosotros.
Con un poco más de tiempo, hasta se hubiesen dejado ordeñar.
En la cima de Aitxuri.
Preparándonos para hacer un pequeño "hamaiketako".
Descendiendo por la ladera sur.
Un bonito "cromlech" por el camino.
Otro mugarri.
Confraternizando con el consejo de administración.
Al fondo el mar.
De vuelta hacia el collado de inicio.
¿Campanilles?
Monumento en el collado.
Refrigerio bien merecido.
En un principio comenzamos a pensar en hacer una vuelta por el circo de Arantza, pero después y teniendo en cuenta que no hace mucho habíamos estado por esa zona, optamos por dar una vuelta por Palomeras de Etxalar y su cresterío, para poder ver los diferentes "mugarris" fronterizos y llegar hasta la cima de Aitxuri.
Al fondo el mar.
De vuelta hacia el collado de inicio.
¿Campanilles?
Monumento en el collado.
Refrigerio bien merecido.
En un principio comenzamos a pensar en hacer una vuelta por el circo de Arantza, pero después y teniendo en cuenta que no hace mucho habíamos estado por esa zona, optamos por dar una vuelta por Palomeras de Etxalar y su cresterío, para poder ver los diferentes "mugarris" fronterizos y llegar hasta la cima de Aitxuri.En eso quedamos. Con objeto de poder aprovechar mejor el tiempo, nos citamos un poco antes en los lugares habituales y nos pusimos en marcha hacia el inicio de la excursión.
El tiempo estaba bastante nuboso pero la previsión era que al mediodía despejaba.
Ni una cosa ni otra. Comenzamos a andar hacia la zona de palomeras y pasamos por los lugares donde suelen instalar las diferentes redes. También vimos los puestos de aviso e incluso una torre de piedra, que más parecía de asalto que de señales.
El tiempo no mejoraba pero está claro que no nos importaba mucho. Continuamos camino por el cresterío fronterizo contemplando los diferentes "mugarris" que nos encontrábamos.
Llegamos a un punto en que contemplábamos el bloque de piedras de Aitxuri pero totalmente cubierto de nubes.
Siguiendo una serie de senderos (cada uno por uno diferente), dimos la vuelta a Aitxuri con intención de subirlo por la ladera Norte. A medida que subíamos las nubes se iban cerrando más y más y la humedad de la bruma se fue convirtiendo en lluvia que mojaba.
Nos paramos para poner la funda a las mochilas y ponernos algo nosotros y continuamos subiendo.
Al llegar a uno de los extremos de la cima nos encontramos con un "cairn" que más bien parecía las ruinas de un castro o similar, debido a su tamaño.
Un poco más adelante nos encontramos con unas cuantas cabras que estaban disfrutando del paisaje y en ese momento les apetecía triscar un poco. No tenían demasiados problemas con nosotros, ya que nos dejaron aproximarnos sin espantarse. La conclusión podía ser:
O nos han confundido con algunos primos suyos o están tan acostumbradas a la gente que ni siquiera se inmutaron.
En la cima también había una buena cuadrilla de buitres. La verdad es que resultaba inquietante ver como nos contemplaban mientras subíamos.
Teniendo en cuenta que no tienen mucho para comer, era como si esperasen que alguno de nosotros tropezase para comenzar a desayunar.
!No tuvieron suerte¡
Una vez en la cima y aunque el tiempo no era muy agradable, nos sentamos un rato para el "hamaiketako". Después de unos tragos de agua, algo de fruta y unos pocos frutos secos, nos pusimos en marcha para descender hasta el punto en que nos desviábamos para volver al collado, por otros senderos distintos.
Pasamos por unos "cromlechs" y nos encontramos nuevamente con más "mugarris".
La excursión tenía un poco de todo, nubes, agua, un poco de sol, conversaciones de todo tipo, discusiones de cualquier cosa, etc., etc.
Sobre todo es digno de mención la inquebrantable tozudez del grupo. Alguien desde fuera hubiese apostado a que todos somos maños. Ninguno damos el brazo a torcer, pues no somos cabezones ni nada. Lo que está claro es que las tres neuronas que nos quedan las tenemos muy bien sujetas.
Poco a poco fuimos bajando hacia el collado de inicio, pero esta vez con la intención de comer de plato ya que teníamos tiempo de sobra y la zona estaba bastante mojada como para comer a la intemperie.
Las conversaciones de la travesía versaron sobre la próxima excursión de dos días al Gorbeia, el ataque de Israel a la flotilla que se dirigía a Gaza, etc., etc. Como es habitual, no acabamos de ponernos de acuerdo en casi nada.
Una vez de vuelta al collado nos descalzamos para ponernos algo más cómodo mientras Xanti preparaba unas cuantas "gildas" y Joxean abría una botella de "txakolí", para tomar un aperitivo. Resultó genial. !Estaba sensacional¡
Después de este pequeño disfrute nos pusimos en marcha hacia el pueblo con intención de comer algún menú del día.
Al llegar entramos en el "ostatu" y disfrutamos con lo que pedimos:
-Ensaladas variadas (mixta y de tomate con queso azul).
-Legumbres de la tierra con salsa espesa y un poco de morcilla y chorizo, además de unas pocas guindillas para hacer boca.
-De segundos hubo un poco de todo:
-Costilla de ternera a la plancha.
-Jarretes de cordero guisados.
-Filetes de cabrarroca al horno con patatas panadera.
-Postres, café y un poco de agua bendita.
-Con lo anterior bebimos un tinto de la tierra, joven y bastante frío, con lo que no hubo necesidad de mezclarlo con gaseosa, salvo algunos puristas.
Una vez bien comidos y ya con el cielo despejado nos pusimos en marcha con intención de volver a nuestros respectivos domicilios.
El viaje de vuelta lo hicimos sin problemas y Joxean nos fue dejando a cada uno en su domicilio.
Hemos empezado a andar en el collado de Lizarrieta a las 8,30 horas y terminado en el mismo lugar a las 13,30 horas, aproximádamente.
La longitud del recorrido ha sido de unos 14 kms., en los que hemos empleado un tiempo efectivo de 4 horas y 6 minutos a una media de 3,5 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, descansos, "hamaiketako", etc., ha sido de unos 51 minutos.
El desnivel acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 600 metros.
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