Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 24 de junio de 2009

(20090624) 4ª Etapa - San Nicolás de Bujaruelo - Puerto de Bujaruelo - Gavarnie.

Desde San Nicolás de Bujaruelo.
Estamos en el país de las marmotas.
Bajada hacia Gavarnie desde el Pto. Bujaruelo. El valle se llama Pouey d'Aspé.
Subida desde Bujaruelo.
Aproximándonos al Pto. de Bujaruelo.
Un panorama del circo de Gavarnie.
Otra forma de ver el circo.
Y otra.....
El pueblo de Gavarnie a la vista.

Y su iglesia.
Después de dormir bastante bien en el refugio, desayunar con café, croissant y bizcocho, mantequilla y mermelada y las correspondientes pastillas de todos los días, nos lavamos y nos preparamos para esperar al amigo Araujo que viniese con el coche para llevarnos a San Nicolás de Bujaruelo. Era un taxista de la zona, amigo del guarda, y la verdad es que no nos cobró mucho. Tardamos un par de horas en llegar al camping de Bujaruelo. Disfrutamos del viaje. El día también era espléndido. Sacamos las mochilas, nos calzamos las botas y pusimos rumbo al Puerto de Bujaruelo. Era una subida "guapa", pero tampoco teníamos mucha prisa. Poco a poco comenzamos a subir. El sendero era cómodo. De vez en cuando una parada, una foto, un trago de agua, etc. El cronista era el que más se paraba. El día anterior no tuvo día bueno. Durmió mal y no se encontraba bien de forma. El día de hoy no era malo, pero tampoco de los mejores. No importa, no teníamos prisa. Un caramelo, un poco de glucosa, agua, etc. y "p'arriba". Al rato llegamos al puerto y ya casi era la hora de comer. Nos sentamos en unas piedras y nos dispusimos a comer algo de embutido con pan, ya que una barra de pan nos había dado el guarda de Pineta. Por cierto, era un tipo sensacional, amable, "enrrollado" y dispuesto a explicarte lo que fuese, pero tenía más "tics" y muecas que el feo de los Calatrava. En definitiva:

!Un personaje¡

Después de comer un poco y descansar otro poco, nos pusimos en marcha hacia Gavarnie a través del Valle de Pouey d'Aspé. El camino en descenso era muy cómodo. Todo el rato entre ovejas, vacas, alguna marmota que otra, etc. Llegamos hasta un lateral del circo de Gavarnie y empezamos a ver la cascada. Ya en descenso por el mismo valle del circo veíamos la gente que bajaba por los caminos del circo, el río, las casas, etc. Poco a poco el camino descendía con mucha suavidad. Comenzamos a ver letreros con indicaciones de excursiones por la zona. Al final llegamos al pueblo entrando por el camino de la iglesia. Aprovechamos para visitarla. Pequeña, bonita, antigua (del siglo XII, creo), con unas capillas muy bonitas, retablo medieval policromado y una imagen de Nôtre Dame del Bon Port. Todo muy bonito. Ya en la calle principal llegamos rápidamente al albergue. Nos encontramos con Celestine y nos dijo que tenía una habitación para nosotros. Su señora (que Dios le tenga en su gloria, todavía no, pero cuando le toque que le tenga), nos sacó rápidamente unas jarras de cerveza a la antigua usanza.

!Qué maravilla¡

Estuvimos un rato sentados, sin decir nada y bebiendo nuestras jarras de cerveza. El amigo Juanma, después de recriminarnos (con razón) que no le habíamos felicitado por su santo (San Juan), nos invitó a las cervezas. (Que también Dios le tenga en su gloria, cuando le toque). Nos aposentamos en la habitación, hicimos inventario de dedos de los pies, de las cosas que teníamos y de las que nos faltaban. Nos duchamos, nos acicalamos, etc. y bajamos a cenar, porque teníamos mas hambre que el mosquito "cojonero".

Nos sentamos a la mesa y después de pedir una botella de Madiran (comme d'habitude), nos sacaron una sopa de tomate, después unos espaguettis con costillas de cordero y al final un postre que en estos momentos no me acuerdo. Es igual, teníamos bastante apetito y todo nos parecía bueno. Incluso hubiésemos comido con ganas las lentejas en ensalada.

¿O no, Joxean?
Para acabar, café y copita de Armagnac.

!Como generales¡

Al poco rato nos fuimos al "catre" para quitarnos el cansancio de encima.

Comenzamos a andar sobre las 11 horas y acabamos en Gavarnie sobre las 17 horas.
La longitud de la etapa fue de unos 13,6 kilómetros, el desnivel acumulado en ascenso de unos 969 metros y el de descenso de 884 metros. El día fue sensacional. Soleado y despejado, salvo a última hora que empezamos a ver bastantes nubes con malas intenciones.

martes, 23 de junio de 2009

(20090623) 3ª Etapa - Ref. Goriz - Faja Punta de las Olas - Collado de Añisclo - Ref. Pineta.

Saliendo de Goriz vemos el final del Valle de Ordesa.
Vamos hacia la Punta de las Olas.
Bonita cascada.
Hermoso paisaje. No me acuerdo el nombre de la cima.
Vista de la Faja de Punta de Olas.
Cañon del Añisclo.
Un pequeño descanso y consulta al mapa.
Seguimos por el canchal de la faja de la Punta de las Olas.
Más de lo mismo.
Una vista del camino que habíamos recorrido.
Otra vista del Cañon del Añisclo.
En el refugio de Pineta.
Con cara de cansancio y "pinta" de estar destrozados.
Amaneció otro día esplendido en el refugio de Goriz. Nos levantamos temprano, como es habitual, y después de desayunar, saludar a los asturianos, despedirnos de los compañeros de Donosti y lavarnos un poco, empezamos a recoger las cosas para intentar ponernos en marcha hacia el refugio de Pineta. Habíamos elegido ir por el camino de la Punta de las Olas, pero en conjunto era una etapa que no conocíamos. Todo era nuevo para nosotros. En principio, por la longitud de la etapa, aunque hubiese un descenso largo, no nos preocupaba y pensábamos que podría ser un día de relax.
!Qué equivocados estábamos¡

!La madre que lo parió¡

Desayunamos bien, como siempre, recogimos todo, nos pusimos las mochilas al hombro (por cierto, cada día pesaban más) y nos pusimos en marcha. Serían aproximádamente las 9,30 horas de la mañana. El cronista fue el más tardó. Estuvo mirándose el ombligo bastante tiempo. Nos pusimos en marcha y empezamos a sacar fotos. Las diferentes formas del Valle de Ordesa, un poco después empezó a aparecer el Cañón del Añisclo, etc., etc. Todo muy bonito. Pasamos por la Collata Arrablo y tuvimos algún pequeño problema en la separación de la GR-11, una opción iba por la Punta de las Olas y la otra por bajar al fondo del Cañón del Añisclo para después subir hasta el collado. En nuestro caso optamos por pasar por la Punta de las Olas, incluso a sabiendas que teníamos un paso con cadenas. Seguimos por la zona de la Punta de las Olas y nos dábamos cuenta que el camino subía bastante y además cada vez se hacía más aéreo. Ninguno conocíamos el sendero y esta incertidumbre nos hacía estar bastante callados. En nuestro fuero interno pensábamos: Si este sendero es tan aéreo aquí, no te digo como será en el paso con cadenas. Los tres callados y sin decir nada. Cada vez era más expuesto el sendero. Seguimos y al poco rato encontramos el primer paso con cadenas. Era una pequeña chimenea que requería un poco de trepada y que afortunadamente con las cadenas se hacía muy cómoda. Encima era uno de los pocos tramos que no eran aéreos. Continuamos un poco y al comenzar a bajar tuvimos el siguiente tramo con cadenas. Como podía ser un poco resbaladizo y bastante pendiente, te ayudaban bastante. Tampoco era nada aéreo.

!Afortunadamente¡

Llegamos al final de la faja y respiramos un poco. En el fondo nos habíamos quitado un gran peso de encima. Ninguno de los tres sabía lo que nos esperaba después. Con todo la tranquilidad del mundo y dando el trabajo como concluido, llegamos al borde del Cañón del Añisclo e intentamos localizar el lugar de inicio de la bajada hacia Pineta. Una vez localizado el lugar nos sentamos un rato a comer y recuperar fuerzas. Sabíamos que la bajada era larga y por tanto nos tomamos un respiro y nos metimos algo en el estómago. Después de comer un poco y descansar otro poco, iniciamos el descenso. Al principio vimos que era un descenso normal, empinado, en lazos, pero como otros muchos. Sería algo cansado, pero sin más. Al poco tiempo de iniciar el descenso ya vimos que aquello no tenía nada de normal. Cada poco tiempo teníamos que destrepar y poner todos los ojos en el descenso, cuando no había piedra suelta había roca en la que era necesario descolgarse con cuidado, cuando llegábamos a zona de árboles, las raíces y las hojas dificultaban el sendero en grado sumo, ya que no sabías dónde pisar. El desnivel era muy importante, lo que obligaba a extremar todas las precauciones del mundo. Tenías que evitar las raíces, las hojas porque estaban húmedas y resbalaban, las rocas porque no las veías debido a las hojas y las raíces. Tenías que esquivar ramas, destrepar, tener cuidado con la piedra suelta para no acabar en el fondo del valle, etc. etc. Fue un descenso largo, con una pendiente muy pronunciada de casi 40 % de media, en fin, llegamos al fondo del valle y pensábamos que habíamos hecho el cruce del desierto de Gobi. Estábamos destrozados y eso que pensábamos que la etapa iba a ser de relax.

!Jode, si llega a ser dura¡ !No llegamos¡

Una vez en el llano nos encontramos que no había forma de cruzar el Cinca sin mojarnos. El cronista pilló una "casqueta" de tamaño natural. No pensaba cruzar el río ni por el "forro". Él sabía que había puente o pasarela y había que buscarlas. Allí estuvimos dando vueltas, arriba y abajo, pero la pasarela no aparecía. Al final me tuve que rendir a la evidencia y cruzar el río.

!Me tuve que dar por jodido¡

No quieres taza, pues taza y media.

Posteriormente me enteré que el puente sí existe, pero el más próximo a dos kilómetros de distancia, de ida y dos más de vuelta. En fin, que me descalcé y crucé el río como todo hijo de vecino. Eso sí, no me quité los calcetines. Llegamos al refugio y seguro que teníamos aspecto de refugiados congoleños. El guarda nos dijo que esperásemos un momento que enseguida volvía y mientras tanto nos sentamos en la hierba y aprovechamos para tomar una cerveza bien merecida. Ya en el refugio nos encontramos con tres chicos que estaban haciendo la GR-11 con una perra de raza pastor catalán y que había ido por la otra parte de la GR. La pobre perra tenía una pata un tanto "chunga", debido a la bajada. Ellos se fueron al rato a un refugio libre que había a unos kilómetros de allí. Nosotros le dimos los papeles al guarda y nos aposentamos en una zona de cuatro literas. Tenía unas duchas sensacionales, unos lavabos y servicios de "vicio". Casi, casi, como en casa.
Una vez duchados, acicalados y con los deberes hechos bajamos a cenar.

!Teníamos mas hambre que el perro de un gitano¡

Nos sentamos a la mesa con un chico de Igorre que era un escalador empedernido que nos estuvo contando todas sus historias mientras cenábamos. Nos pusieron una sopa impresionante, después una ensalada y para acabar salchichas con patatas fritas.
Postre, jarra de vino (que parecía que no se acababa nunca), café y "txupito" de agua bendita, que más que "txupito" parecía que nos habían dejado todas las vinajeras de la sacristía.

!Qué bien¡
Después de todo esto y con el estómago y la mente en condiciones, comenzamos a reflexionar para el día siguiente.

La idea era seguir hacia la zona alta de Pineta vía el Puerto Nuevo, después alcanzar la Horquette d'Alans, el refugio de Espuguettes y Gavarnie. La etapa en sí misma podía ser muy larga y el desnivel en ascenso también. La zona no estaba muy bien, se veían muchos neveros, desconocíamos el camino y tampoco sabíamos como podía estar señalizado la desviación hacia el Puerto Nuevo de Pineta. Nuestras fuerzas tampoco estaban como para echar cohetes. Estábamos bastante tocados por el descenso realizado y la tensión acumulada. Después de darle unas cuantas vueltas decidimos que iríamos a Gavarnie, pero desde Torla, es decir, desde San Nicolás de Bujaruelo. Ya encontraríamos a alguien que nos llevase. Al final llamamos a un taxista conocido, que por un módico precio nos llevó desde Pineta hasta San Nicolás de Bujaruelo. Pero esto es otra historia que se resumirá el día siguiente.

En esta etapa comenzamos a andar sobre las 8,45 horas de la mañana y llegamos al refugio de Pineta sobre las 18 horas. La longitud de la etapa ha sido de unos 14,35 kilómetros. El desnivel en subida de 637 metros y el desnivel en descenso de 1.576 metros.

!Pero qué descenso¡
!Mi madre¡

lunes, 22 de junio de 2009

(20090622) 2ª Etapa - Ref. Sarradets - Brecha Roland - Collado Blanco - Faja de las Flores - Ref. Goriz.

El dueño del camino.
Camino del Collado del Pico Blanco.
Un propietario del terreno.
Más dueños del condominio.
Esfuerzo en la subida del nevero.
La Faja de las Flores en todo su esplendor.
Una vuelta por la faja.
Otro propietario.
Descansando en la nieve.
Más dueños.
Parecía que había reunión de propietarios.
Hacia el inicio de la Faja de las Flores.
A punto de entrar en el sendero de la Faja de las Flores.
Bonito panorama.
Dentro del sendero de la Faja de las Flores.
Uno de los tozales.
Seguimos el sendero y de vez en cuando miramos la caída.
Mirando hacia atrás.
Por allí hemos pasado.
Propietario llegando tarde a la reunión.
Inquilino que no tenía intención de asistir a la asamblea.
Las tres serores.
La brecha desde otro punto de vista.
Impresiona....., ¿eh?.
Llegando al refugio de Goriz.
Un poco más cerca.
Después de haber descansado (a pesar de los ronquidos y demás ruidos molestos), en el refugio de Sarradets, nos lavamos un poco la cara con el agua de las cantimploras, ya que como estaba previsto, la manguera que bajaba del nevero de la brecha se había helado. Bajamos a desayunar y comimos aquello que encontramos, en plan "self-service". Sin problemas. Nos dispusimos a recoger los trastos, intentar lavarnos los dientes con el agua de las cantimploras, para a continuación ponernos en marcha. Para el día de hoy teníamos dos planes: A y B. El plan A consistía en pasar la brecha y dirigirnos a la Faja de las Flores para posteriormente volver al refugio. El día siguiente pasaríamos la brecha y por la zona de la gruta de Casteret iríamos hacia Góriz. El plan B trataba de pasar la brecha y dirigirnos a la Faja de las Flores, para después y por Cotatuero, el Cuello del Descargador y Millaris, llegar al refugio de Góriz. En vista que la gruta de Casteret tenía nieve hasta arriba, además está cerrada y que el refugio de Sarradets no era el mejor del mundo........., optamos por el plan B. Con los "crampones" puestos salimos del refugio y nos dirigimos nuevamente a la empinada cuesta para subir a la brecha. Llegamos al otro lado y nos encaminamos en dirección al Taillon, pero con intención de iniciar la bajada a la altura de la Falsa Brecha en dirección al Collado Blanco, para posteriormente poder bordear el Pico Blanco. Entre foto y foto y viendo como algunas personas seguían por la ladera con tablas al hombro........, nos dirigimos hacia el Circo de Carriata. Mirando por los alrededores con intención de encontrar la entrada a la Faja de las Flores, ya que está un poco escondida por una gran piedra. Teniendo a la vista la entrada de la faja, nos juntamos con un par de conocidos del refugio de Sarradets. Ambos también son de Donosti y estaban sentados, descansando. Les preguntamos si también iban a ir por la faja, pero uno de ellos no estaba por la labor. La verdad es que desde fuera el sendero no era muy apetecible. Se apreciaba impracticable y además muy estrecho y con una caída de muchos cientos de metros. El único que conocía la faja era yo, ya que ya había pasado por ella hace varios años. Intenté animar a todos en el sentido de que es mucho más segura que lo que parece a simple vista, pero no parece que convencí a nadie. Dimos una pequeña vuelta para subir y llegar a la entrada de la faja. Tanto Joxean como Juanma me seguían sin decir nada, pero me daba la impresión que la visión de la faja a lo lejos y la negativa total del otro compañero a pasarla.........., les había causado mella. Yo estaba convencido que les encantaría en cuanto entrásemos e hiciésemos unos cientos de metros. Así fue. Poco a poco se fueron dando cuenta que el sendero era seguro, aunque la zona era muy aérea, el sendero era amplio y seguro y las vistas magníficas. Dimos toda la vuelta a la faja sacando fotos y contemplando el paisaje. En frente el Valle de Ordesa, arriba la Faja de Pelay, en la misma vertical y unos metros más abajo el Tozal del Mallo, etc. El paisaje era precioso. Al final llegamos al término de la faja y nos encontramos en el circo de Cotatuero. Nos sentamos a comer algo y al rato vemos que los amigos de Donosti habían cruzado la faja.

!Qué bien¡
El chico que no lo tenía claro, nada más llegar a Cotatuero, gritó algo así como:
!Gora Orio¡ !Cagüend........¡
Se liberó de la adrenalina acumulada. Después de comer un poco de lo que llevábamos, nos pusimos nuevamente en marcha. Esta zona de Cotatuero es muy desagradable de andar, tiene muchas zonas de grietas que tienes que evitar en todo momento, por lo que no hay camino definido. Teníamos que llegar a los Llanos de Millaris para luego pasar por Collado del Descargador, pero no sé muy bien que hice, el caso es que casi subimos hasta la cima del Descargador por su parte Sur.
!Me lucí¡
Al final volvimos al fondo de los llanos para poder retomar el sendero de una forma más correcta. Pasamos el Collado del Descargador y llegamos al Cuello de Milaris, sin mayores problemas. Ya habíamos perdido más de una hora dando vueltas para encontrar un sendero que por la parte superior del Descargador nos llevase al collado.
!No lo encontramos¡
!Normal¡
Desde el Cuello de Millaris no sé muy bien por dónde me metí, el caso es que nos desviamos bastante a la derecha, dando una vuelta que nos podíamos haber evitado tranquilamente. Yo calculo que ahí perderíamos otra hora, más o menos. El caso es que al final ya comenzamos a ver el refugio de Goriz. El problema que teníamos era que no teníamos reserva en el refugio. Estuvimos intentando llamar el día anterior y el mismo día, pero estaba comunicando. O lo tenían descolgado porque había mucha gente, o tenían montado una central telefónica que no paraba de comunicar. El caso es que los amigos de Donosti que sí tenían reserva, se habían adelantado e intentarían cogernos sitio, indicando que su reserva era para cinco en lugar de para tres. No teníamos claro que la cosa "colase". La alternativa era dormir en la entrada del refugio o en el comedor del mismo. Ninguna de las dos cosas era muy apetecible. Entre una cosa y otra llegamos sobre las ocho de la tarde. Los amigos estaban cenando y nos dijeron que lo habían conseguido.

!Bien, coño bien¡
Teníamos "catre" para dormir.
Estuvieron a punto de cancelarnos la reserva porque no llegábamos.
!No me extraña¡

El refugio de Goriz, aunque sin grandes cambios, está un poco mejorado de la última vez que estuve. Los lavabos, servicios y duchas están fuera, pero están bastante bien. Cuando llegamos ya no teníamos mucho tiempo para ducharnos y además tampoco quedaba agua caliente, por lo que nos lavamos un poco y nos pusimos a cenar. Como es natural nos pusieron en el segundo turno. Nos sentaron con otros tres chicos que dijeron eran, no sé si eslovenos o eslovacos. El caso es que nos sacaron primero una buena sopa, después una ensalada y para terminar una especie de lomo de cerdo con algo de salsa y arroz. Postre y café. Los eslovenos o eslovacos, después de comer la sopa dijeron que no querían más, que ellos solo querían sopa. Uno hablaba inglés y al final tuvieron una pequeña bronca con el guarda.

!No me extraña¡

El caso es que nos vino de perlas. Al final nos comimos la ensalada de los eslovenos y también el lomo.
!Nos pusimos las botas¡.
Todo ello bien regado con un buen vino tinto. Una vuelta alrededor del refugio, unas fotos y un poco antes de anochecer nos fuimos al "catre".

!Ah¡ !Se me olvidaba¡

Nos encontramos en el refugio con Juanjo y Angel, de Oviedo. Aquel par de "mayorcitos" (!de nuestra quinta, je, je¡), que nos encontramos Juanma y yo haciendo Carros de Foc en Junio de 2.007. Estuvimos charlando un rato y nos dijeron que el día siguiente harían Marboré. Ya habían estado en el Perdido y después tampoco sabían muy bien que hacer. Nos despedimos, al día siguiente nos vimos desayunando y cada uno por su lado.
!Un saludo cariñoso para los amigos asturianos¡

Comenzamos a andar en Sarradets sobre las 9 horas y acabamos en el refugio de Góriz sobre las 20 horas. La longitud de la etapa fue de 20,2 kilómetros. El desnivel acumulado en ascenso de unos 848 metros y el de descenso de 1.221 metros. El día fue magnífico, el cielo despejado y las vistas sensacionales.
La Faja de las Flores es para recomendar.