Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 12 de marzo de 2008

(20080312) Raquetas de nieve en el Arlás.

Casa Bortiri en Ustarroz, propiedad del Club Vasco de Camping. Dando una vuelta por las cercanías de Arette.
Disfrutando un poco de la nieve.
Inicio de la subida al Arlás.
Seguimos subiendo.
En la cima.
Otra de cima con buzón.
Inicio del descenso.
Con las raquetas, ropa adecuada y unas pequeñas provisiones salimos desde Donosti con tiempo frío y algo nublado. Sin grandes problemas de tráfico llegamos a Andoain para tomar la autovía A-15 en dirección a Pamplona. Con el fin de ahorrar unos céntimos nos desviamos por la carretera general en dirección Pamplona, luego Noain y después por parte de la nueva autovía del Pirineo hasta llegar a Liédena donde tomamos un café y nos paramos a comprar unos “bombillos”. Con la parte importante de las provisiones completa, nos pusimos nuevamente en marcha hacia Roncal. Hicimos una pequeña parada en Isaba para comprar pan y alguna que otra cosa que teníamos pendiente y nos dirigimos hacia Usatarrotz. Llegamos sin problemas y fuimos directos a Bortiri. Lo primero era llevar las cosas a la casa y acto seguido encender la calefacción y la chimenea, ya que hacía un frío importante. Una vez todo recogido nos pusimos a preparar un pequeño “hamaiketako” de guindillas, aceitunas, bonito y un “bombillo” de buen txakolí. Pequeña vuelta por el pueblo y sobre las 14 horas nos dispusimos a comer “el conejo de Edurne”. ¡Delicioso! Desgraciadamente cayó otro “bombillo”, pero esta vez de los de Liédena. Ya en forma y con la casa controlada nos dirigimos hacia Belagua y después a la zona de Arette con el fin de comprobar como estaba la nieve y que posibilidades teníamos. Nos encontramos con bastante nieve, el cielo plomizo y la zona virgen. Nos pusimos las raquetas y dimos unas cuantas vueltas, subimos a una pequeña loma para contemplar el paisaje y después de hora y media de disfrute y gozo volvimos a Isaba donde tomamos una birra antes de dirigirnos a casa. Por el camino los tres estábamos deseando cenar algo de verdura, pero no teníamos, por lo que estuvimos mirando por los mercados de los alrededores hasta que descubrimos una huerta literalmente abandonada en la que había puerros a punto de estropearse. Sin grandes problemas nos hicimos con cuatro ejemplares. Bien limpios y cortados y acompañados con unas pocas patatas nos sirvieron para preparar una porrusalda que estaba “divina”. Después, un poco de pasta con tomate y el consabido “bombillo”. ¡Genial! Lavamos los platos y demás, tomamos un poco de café acompañado de un aguardiente de txakolí que levantaba un muerto y nos dispusimos a leer los periódicos, hacer unos cuantos crucigramas, sudokus y demás, ver un poco la “tele” y después nos metimos al “pulguero”. A la mañana siguiente y después de haber desayunado “comme il faut”, nos pusimos en marcha hacia la zona de Arette del día anterior. Una vez con las raquetas puestas nos dirigimos hacia la falda del Arlás, con intención de seguir hasta cerca del Anie. El tiempo era bastante nublado y la niebla bajaba, por lo que nos impedía ver el pico. En vista de que las condiciones no eran las idóneas decidimos subir al Arlás. Sin pensarlo dos veces nos pusimos camino a la cima por la cara más pendiente de todas, pero también por la que más nieve había. Según subíamos estábamos pensando por dónde bajar. En la parte final tuvimos que quitarnos las raquetas y llegar a la cima sin ellas. Una vez allí, nos sacamos unas fotos, comimos algo y dimos un par de vueltas para decidir cuál era la mejor zona de bajada. Elegimos una con menos nieve, aunque había barro y estaba bastante resbaladizo. Con cuidado llegamos a la parte baja y nos colocamos nuevamente las raquetas. Seguíamos disfrutando del paisaje y de la nieve. Desde la cima veíamos como la gente esquiaba por las pistas de la estación, como tomaban los remontes e incluso estuvimos pensando bajar hasta los remontes y tomar uno de vuelta. Pero no, volvimos con las raquetas por la misma zona por donde habíamos venido. Llegamos al coche y nos sentimos muy a gusto. Habíamos elegido bien, ya que el tiempo no era el mejor para ir al Anie. Nos dirigimos hacia el camping de Zuriza donde comimos unos bocatas y después vuelta a Ustarrotz. Hicimos unas pequeñas compras para poder prepararnos un buen plato de verduras y tampoco desperdiciamos la ocasión para coger un par de puerros ecológicos. Un par de vueltas por el pueblo y a preparar la cena:

- Hortalizas variadas acompañadas de “pomme de terre” y extracto de caroteno vaporizado.
- Gran piperrada natural acompañada de huevos de gallina negra de Hernialde, aderezados con un poco de chorizo desgrasado.
- Todo ello bien regado con caldos nuevos de la zona de Liédena. ¡Genial!

Un poco de risas, otro poco de “tele” y a la cama. Al día siguiente y después de un buen desayuno, nos pusimos en marcha hacia Lumbier, no sin antes hacer una parada en Burgi para comprar algo de queso. Una vez en Lumbier y después de pararnos en el mirador de la Foz de Arbayún, nos dirigimos hacia la Foz de Lumbier con la idea de realizar el sendero que cruza la foz y después vuelve por la parte de arriba de los paredones. ¡Muy bonito! Después de esta vuelta fuimos hasta el camping de Lumbier, donde al lado del río hay unas mesas en las que nos pusimos a comer algo. Todo “delicatessen”. Y además, txakolí y vino de Liédena. ¡Delicioso! Una vez todo en su sitio, volvimos al coche y nos pusimos en marcha en dirección a Donosti. Bueno chicos, una vez más ha resultado bastante bien el Gran Hermano 2008.